A comienzos de los 70, con apenas 16 años de edad, Luis Octavio Gómez Londoño, mejor conocido como Ormeño, llegó a Independiente Medellín cargado de ilusiones y sin imaginar que esta se iba a convertir en su casa por varias décadas.
“Arribé a las divisiones menores y jugué en todas las categorías de la Liga Antioqueña de Fútbol hasta que empezó el torneo de reservas, en el segundo semestre del año 78”, rememora.
Tras casi siete años en la cantera, en la que logró pulir sus condiciones técnicas, recuerda que cerca de los 80 ascendió al equipo profesional, en el que estuvo como guardameta hasta 1990.
Sus presentaciones con el elenco rojo lo llevaron a la Selección Colombia, en la que tuvo sus primeras apariciones en 1980. Posteriormente participó en las eliminatorias para el Mundial de México 86, proceso en el que, subrayó, tuvo el orgullo de enfrentar a Diego Armando Maradona, entre otros referentes.
Precisamente en las clasificatorias suramericanas conoció al portero peruano Francisco Walter Ormeño, que también pasó por el DIM y quien le dio origen a su apodo. Este sobrenombre se lo puso Juan “Cunda” Valencia, quien argumentó que se parecía mucho a su colega.
En 1990 decidió probar suerte en Junior, donde estuvo hasta 1993. En su paso por el conjunto tiburón también cosechó buenos momentos, algunos de ellos de contrastes, pues él llevaba al “Poderoso” en su corazón.
Un episodio famoso
“Quedé muy contento con lo que se hizo allá (Junior), quedamos campeones en el 93, estábamos con el profe Julio Comesaña. A mí me dio durito porque Medellín estaba jugando la final en el Atanasio con Nacional y quedó campeón como cinco minutos. Nosotros enfrentábamos al América de Cali, íbamos a quedar de terceros, el DIM incluso ya estaba dando la vuelta olímpica cuando nosotros hicimos el gol. A mí dolió eso, pero yo estaba defendiendo los colores del Junior y era un profesional”, relata.
Su separación del Equipo del Pueblo fue transitoria. En el 2000 se vinculó de nuevo, pero ya como preparador de arqueros. Dice que es un honor contribuir en la formación de varios guardametas que han sido protagonistas en el fútbol colombiano y saca pecho por haber trabajado con porteros de gran categoría en el rojo, entre ellos David González, a quien califica como “un alumno aventajado”.
“David me pasó en partidos jugados, yo era el arquero con más juegos tapados en toda la historia del equipo. Me hace feliz lo hecho con él y todo el aporte a la institución”
En este rol, que también le ha dejado recuerdos memorables, Ormeño estuvo por más de 20 años y lo acaba de cerrar, al menos por ahora, casi que por obligación. “Tomé la decisión para emprender un proyecto familiar, porque me faltan 90 semanas para la jubilación y supe que iba a quedar con una mesada muy baja. Entonces apliqué a una devolución de saldos y uno de los requisitos era el no estar trabajando”, explica.
Por su salida del DIM, el club le rindió homenaje en el partido ante Atlético Junior, hecho que para él fue motivo de regocijo, pues enfatiza que lleva al Rojo en el corazón y espera seguir aportándole, así sea mediante un contrato de prestación de servicios
