El técnico argentino rompió su maleficio y logró su primer título como entrenador con Atlético Nacional.
Atlético Nacional se consagró campeón de la Superliga tras vencer 4-3 en la tanda de penaltis al Atlético Bucaramanga, un triunfo que marcó un hito especial para su entrenador, Javier Gandolfi. Después de haber perdido tres finales en su carrera como director técnico, el argentino finalmente levantó su primer trofeo desde el banquillo y no ocultó su emoción en la rueda de prensa posterior al partido.
“Este título con Nacional tiene un sabor totalmente especial, porque era mi cuarta final como entrenador en dos años, una con Talleres de Córdoba y dos con Independiente del Valle, y no las gané”, expresó Gandolfi con evidente emoción. El técnico recordó las dificultades que enfrentó en su trayectoria, momentos de desazón y tristeza que, sin embargo, nunca minaron su confianza.
“Jamás perdí la confianza, la fe y la tranquilidad y hoy el fútbol nos premió”, agregó con firmeza. Su convicción inquebrantable se reflejó en el juego de Nacional, que a lo largo de los 180 minutos buscó constantemente la victoria, incluso cuando el Bucaramanga quedó con un hombre menos. “Se lo dije a los chicos: al margen de que el rival se quede con uno menos, nosotros fuimos a buscar el partido siempre, con aciertos y errores, pero siempre lo buscamos. Por eso hay que felicitarlos, esto es gracias a ellos”, señaló el estratega argentino.
La consagración de Gandolfi no solo significa su primer título como técnico, sino que también refuerza la identidad ganadora de Atlético Nacional. Para la hinchada verdolaga, este triunfo representa el inicio de una nueva era bajo su dirección, con la esperanza de que el equipo continúe sumando trofeos y consolidando su protagonismo en el fútbol colombiano e internacional.
