Sufre de pánico escénico. Cuando tiene una cámara al frente se le enredan las palabras, le sale una risa nerviosa, se transforma. Si no ve ese elemento habla fluido: comenta las jugadas de los partidos, dice que este refuerzo encajó bien en el Medellín, pero a aquel otro le ha costado.
No es tímido, pero sí paciente, tranquilo. Tiene unas gafas redondas que, junto a un bigote sombreado y una chivera corta, le dan un aire de intelectual de otro tiempo. Parece que escribiera, mas no, Miguel Vasco es pintor.
También hincha del DIM. En sus 21 años de vida ha sentido un amor desbocado por el ese equipo. Lo heredó de su padre, hincha ferviente del Poderoso. El fútbol, en especial el cuadro rojo, es su gran pasión. ¿La pintura? Llegó a su vida por casualidad, pero se metió en su corazón.
Miguel estudió en el Tecnológico de Artes Débora Arango de Envigado. Ahí tuvo su primer acercamiento con los lienzos, los colores. El expresionismo, una corriente artística que surgió en Alemania en el Siglo XX, que tiene como característica principal la representación subjetiva y distorsionada de la realidad para expresar emociones, fue el estilo que más le gustó.
“Alguna vez, para una exposición que tuve que hacer, quise combinar las dos cosas que más me gustaban: el arte y el fútbol. Era una apuesta extraña en ese nicho, pero me arriesgué a plasmar el amor que sentía por el equipo, algo muy mío, que llevo adentro, y salió bien”, aseguró.
Hizo retratos de Mao Molina, Germán Cano, hinchas del Medellín icónicos como “Caretorta”, unos más llorando después de que se perdió un título, algunos besándose con aficionados de Nacional luego de un clásico y retrató el barrismo: la norte a reventar, los hinchas que viajan y un altar en el que se ve un Cristo vestido de azul, rojo.
Su trabajo llegó al entorno del cuadro rojo. Les gustó. Lo contactaron para que, con su talento, les ayudara a presentar a los fichajes que llegaron para 2025. Él, contento, aceptó. Cómo no, si estaría cerca de los futbolistas y dentro del equipo de sus amores.
¿Qué hace especial su trabajo?
En la oficina de comunicaciones del DIM, en la sede del Club Pilsen de Itagüí, hay seis cuadros con el retrato de cada uno de los fichajes que realizó el Equipo del Pueblo para el torneo Apertura. Washington Aguerre, Julián Angulo, Kevin Mantilla, Léider Berrío, Alexis Serna, el argentino Francisco Fydrizsewski y Yeferson Rodallega tienen su lienzo.
El proceso de construcción de la obra fue el hilo conductor de los videos que utilizó Medellín para confirmar la llegada de los futbolistas. “Los pinté sobre la mancha, mirando una foto del jugador y le pongo una mancha. Como quedaron fue como me los imaginé en mi cabeza”, dijo.
El primero que pintó fue el de Angulo. El último, el de Aguerre. Cada uno tiene una característica especial: les puso camisetas retro del DIM. A la del arquero uruguayo, por ejemplo, le colocó una que utilizó Aldo Bobadilla en un clásico en 2010.
“Cada uno tiene una camiseta que se ajustaba a la vibra que me daban. La de Rodallega es la de la época de Pékerman en Medellín, la de Mantilla es una solo con el logo de Adidas, y así cada uno”, concluyó el joven pintor, que tiene contrato con el cuadro rojo.