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La Selección Colombia femenina regresará a un Mundial tras siete años de ausencia. Entre julio y agosto de 2023 competirá con el objetivo de mejorar lo que hizo en Canadá 2015, cuando fue eliminada en los octavos de final y firmó su mejor presentación en este campeonato.
Aunque apenas en la noche del lunes 25 de julio las colombianas ratificaron su cupo al torneo, luego de acceder a la final de la Copa América Femenina, la historia del fútbol femenino de Colombia con este campeonato comenzó en agosto de 2016, cuando desde la Federación Colombiana de Fútbol se anunció la candidatura del país para ser elegido como sede.
A partir de esa postulación, las autoridades del fútbol colombiano empezaron a tomar decisiones que llevaran a que el fútbol femenino empezara a crecer. Aunque a paso lento y enfrentándose a obstáculos como falta de condiciones laborales dignas para las futbolistas, se creó Liga Femenina Colombiana, que tuvo en 2017 su primera edición.
Mientras se disputaba el primer campeonato femenino en Colombia, el comité de la candidatura, que estaba en cabeza de Andrés Tamayo, inició la redacción del informe técnico que se tenía que presentar ante la Fifa, para la posterior votación que definiría la sede del torneo. Durante ese proceso sucedieron hitos históricos como el campeonato de la Copa Libertadores que obtuvo el Atlético Huila en 2018, con Yoreli Rincón como figura.
En junio del 2020, mientras el mundo afrontaba los momentos más difíciles de la pandemia por la covid-19, el Consejo del ente rector del fútbol mundial se reunió para que sus 37 miembros decidieran cuál sería el país sede de la copa del mundo de 2023. El rival más fuerte de Colombia era la candidatura conjunta entre Nueva Zelanda y Australia.
En la elección solo participaron 35 miembros, pues según información de El Tiempo, Johanna Wood, de Nueva Zelanda, y Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana, no votaron para evitar tener conflicto de intereses. El ganador se eligió por diferencia simple, de manera que con 18 votos era suficiente para elegir al país encargado de realizar el torneo.
Colombia obtuvo 13 votos, de los cuales cuatro fueron de países miembro de la Conmebol, mientras que los nueve restantes se los dieron países de la Uefa. Por su parte, la candidatura conjunta de los países de Oceanía obtuvo 22 apoyos, con lo que se definió que la sede del Mundial de Fútbol Femenino sería Australia y Nueva Zelanda.
“A Colombia le fue mal en el informe técnico de la Fifa y ese factor fue determinante en la elección”, aseguró El Tiempo en una publicación de junio del 2020.
Aunque no fue posible que Colombia fuera el anfitrión de su primera copa del mundo en la categoría de mayores en 2023, se espera que las dirigidas por el caleño Nélson Abadía, sean protagonistas con su fútbol en Nueva Zelanda, y que con las nuevas figuras que salieron de las ligas femeninas que se han hecho en los últimos cinco años, logren superar la fase de octavos de final que alcanzó en Canadá 2015.
Esta será el primer mundial femenino en el que participarán 32 selecciones, lo que hace que el torneo tenga la misma cantidad de países que el mundial masculino, aunque este pasará a tener 48 combinados desde la edición de 2026 que se jugará en México, Canadá y Estados Unidos.
Fiesta olímpica
Con el paso a la final de la Copa América Femenina, Colombia también alcanzó un cupo en los Juegos Olímpicos París 2024. El combinado nacional participará en sus terceras olimpiadas.
La primera vez que hubo un representativo nacional en el torneo de fútbol femenino olímpico fue en Londres 2012, mientras que la última participación fue en Río de Janeiro 2016.
Luego de terminar esa participación, Colombia se postuló para ser sede del mundial del 2023, algo que no fue posible, pero al que el equipo nacional viajará con un equipo que mezcla la experiencia de jugadoras como Catalina Usme, y la juventud y chispa de jóvenes como Linda Caicedo.
Estudiante de periodismo de la Universidad de Antioquia. Interesado en el periodismo narrativo y los deportes.