El conjunto verde tiene una amplia historia de enfrentamientos ante equipos brasileños en el Atanasio.
El Atanasio Girardot ha sido testigo de noches épicas en la historia de Atlético Nacional, muchas de ellas ante rivales brasileños que han traído consigo jerarquía, historia y desafíos inmensos. El club antioqueño, múltiple campeón del fútbol colombiano y bicampeón de la Copa Libertadores, ha tenido que medir fuerzas con lo mejor del gigante sudamericano, en duelos que han marcado capítulos memorables tanto en la gloria como en la frustración.
A lo largo de los años, Nacional ha enfrentado a equipos brasileños en diversas competiciones internacionales, aunque los duelos más intensos y significativos se han dado en el marco de la Copa Libertadores. En total, el “Rey de Copas” ha disputado 27 partidos como local ante clubes de Brasil, con un saldo bastante respetable: 13 victorias, 7 empates y 7 derrotas. En ese camino, el equipo ha anotado 32 goles y ha recibido 26, en una rivalidad que refleja tanto la dureza del fútbol brasileño como el temple del equipo verdolaga en su casa.
Uno de los recuerdos más recientes que todavía arde en la memoria de los hinchas es el enfrentamiento ante Botafogo en abril de 2017, por la fase de grupos de la Libertadores. Aquel día, Nacional no logró hacer valer su localía y cayó 0-2 en el Atanasio, en un partido que dejó al equipo tocado anímicamente y lo alejó de la clasificación. Fue una derrota que marcó el final de una era dorada y el inicio de tiempos más inestables en lo internacional.
Sin embargo, el último triunfo de peso ante un brasileño por Libertadores tiene una carga emocional positiva imborrable. Sucedió el 13 de julio de 2016, cuando Nacional venció 2-1 al poderoso São Paulo en semifinales del torneo continental. Aquel equipo dirigido por Reinaldo Rueda tenía todo: solidez defensiva, vértigo ofensivo y un hambre descomunal de gloria. Esa victoria pavimentó el camino hacia el título continental, el segundo en la historia del club, conquistado semanas después ante Independiente del Valle.
Otro dato que merece ser resaltado es el único enfrentamiento histórico entre Atlético Nacional e Internacional de Porto Alegre, su más reciente rival brasileño. Ese duelo se remonta al 26 de marzo de 1993, en una llave de Copa Libertadores que terminó sin goles en el Atanasio Girardot. Aquel empate 0-0 fue una muestra del respeto mutuo y de la paridad entre dos escuadras que, aunque en distintas épocas, conservaban el ADN competitivo del continente.
Pero el último club brasileño que pisó el césped del Atanasio no fue ni São Paulo ni Botafogo, sino Fluminense, por la Copa Sudamericana del año 2019. En ese encuentro, Nacional se impuso por la mínima diferencia, confirmando que su casa sigue siendo un terreno complicado para cualquier visitante, incluso para los siempre peligrosos equipos de Brasil.
Los partidos ante brasileños siempre han sido termómetros que miden el nivel de Atlético Nacional y de su plantel en cada etapa. Son enfrentamientos que, más allá del resultado, demandan carácter, técnica y concentración. Y aunque los tiempos hayan cambiado, el objetivo sigue siendo el mismo: hacer del Atanasio Girardot un fortín ante cualquiera, sin importar su escudo ni su historia.
Cada encuentro ante un brasileño es una nueva oportunidad de alimentar ese historial, de sumar una victoria que engrose las páginas doradas del club, o simplemente, de recordar que en Medellín, nadie la tiene fácil, ni siquiera los gigantes del sur.
