Rigoberto Urán (EFEducation) lo advirtió: por más que se sea especialista en contrarreloj, cuando se disputa esta prueba con doce días encima dando pedal, los pronósticos pueden caer.
Y aunque el antioqueño no ganó ayer, sí fue uno de los más perseguidos luego de su grata actuación en el recorrido de 27.2 kilómetros en la ciudad de Pau. Por 28 centésimas de segundo de diferencia, ante el belga Thomas de Gendt (Lotto) se privó de ocupar la tercera posición de la fracción.
Ambos quedaron a 36 segundos del ganador, el galo Julian Alaphilippe (Deceuninck-Quick Step), quien tampoco estaba en las cuentas de nadie para llevarse la victoria y afianzarse en el liderato.
En un deporte en el que cualquier cosa puede pasar, Urán proseguía: “Así haya perdido tiempo importante en días pasados en una fracción plana, el Tour termina en París. Se vienen jornadas con gran montaña y lo bueno es que estoy bien físicamente y mis compañeros también”.
Palabras que reflejó ayer con sus imponentes pedalazos, los cuales, y rodando a una velocidad de 45 kilómetros por hora, le sirvieron para recuperar cuatro posiciones e instalarse en la octava casilla de la general, a 3.54 de Alaphilippe, y a 2.28 del último campeón, el inglés Geraint Thomas, quien aunque no ratificó su condición de favorito al triunfo, al ser segundo, sí se confirmó como el principal jefe de escuadra del Ineos, ante el tiempo que cedió su compañero, el colombiano Egan Bernal, ahora quinto, a 2.52 del ciclista francés.
Otro que quedó rezagado, lo cual era de esperarse porque no es una especialista en crono, fue Nairo Quintana (Movistar), ahora noveno a 3.55 del francés.