Kevin Santiago Quintero cuenta los días para que la llama olímpica se encienda en los Juegos de Tokio 2021. Y es que allí, en el país del sol naciente, en julio próximo, será su estreno en el certamen más importante del deporte mundial.
Este pistero nacido hace 22 años en Palmira, Valle del Cauca, pero radicado hace cuatro en Antioquia, recuerda que siendo juvenil observó las justas de Río-2016 y desde ese momento se propuso ser uno de esos intrépidos ciclistas que desafían la gravedad en las pistas y “vuelan” como cohetes en busca de medallas.
“Será mi primera olimpiada y estoy feliz porque esa clasificación resultó un poco complicada. Fueron dos años duros, estuvimos en muchas carreras y finalmente se pudo abrir un cupo. Soy el único de esta modalidad que estará allá y siento una responsabilidad grande, pero voy con una preparación muy buena”, dice el deportista de tez trigueña que a pesar de su juventud ya le ha dado rutilantes triunfos a Colombia. Uno de ellos, la medalla de oro en la Copa Mundo de Australia (2019) en la prueba del keirin.
En sus inicios era rutero y cuenta que, aparte de su afición por la velocidad, la pista se le metió en la sangre a medida que fue experimentando en los peraltes. En su tierra natal, siendo un muchacho, el entrenador Humberto Velasco lo llevaba dos o tres veces por semana al velódromo de Cali para que ganara agilidad y dominio de las ciclas, pues las de pista no tienen frenos.
Todo eso lo hacía feliz, pero cuando decidió meterse de lleno en esa especialidad, sintió el cambio. “Fue duro y más cuando me vine para Medellín, allá entrenaba a un nivel menos exigente y aquí me tocó trabajar con la Selección Colombia, un cambio bastante brusco”.
Agrega que al principio sentía miedo en el velódromo, algo que fue venciendo al pasar largas horas rodando sobre el óvalo y a un ritmo exigente. “Todo va pasando, ahora lo que siento es placer y alegría”.
Tanto así que ha vencido a campeones mundiales y olímpicos en un escenario que le abrió las puertas del éxito.
Por ahora practica fuerte con su estratega John Jaime González, con quien desde su llegada a suelo antioqueño tuvo empatía y confianza. Y todo gracias a su carisma y seriedad a la hora de entrenar y competir.
Aunque el plan de preparación se ha cumplido en un alto porcentaje, le han faltado fogueos en el exterior debido a pandemia. Sin embargo, confía que en los próximos días esto cambie.
EL COLOMBIANO habló con este campeón de sus expectativas, de la crisis sanitaria mundial, de sus victorias, gustos y planes...
¿Qué pensó cuando se aplazaron los Juegos?
“Fue duro. Nosotros regresamos en marzo de 2020 del Campeonato del Mundo de Berlín, donde clasifiqué, y a los meses viajábamos de nuevo al exterior. Y empezaron las cuarentenas y después el anuncio que se aplazaban. Juepucha, se imagina cómo nos pusimos todos los deportistas, fue algo complejo, pasamos casi un año encerrados. Ya cuando se tomó la última decisión de hacerlas en 2021 pudimos planificar mejor y hasta creo que nos benefició porque, en mi caso, he tenido más preparación y experiencia. Este domingo estaremos a 81 días de los Juegos y seguimos esperando con ansiedad”.
¿Lo afecta mucho no tener torneos como en otras ocasiones?
“Un poco, aunque el entrenamiento ha estado bueno. Sin embargo, el no correr y no saber cómo están los rivales perjudica. La competencia a alto nivel hace falta antes de un evento tan importante. En mayo será el Campeonato Nacional y en junio la Copa de Naciones en Cali. En Europa hay carreras que posiblemente se hagan, pongamos la fe en Dios que podamos asistir sin ningún problema para llegar muchísimo mejor a la Olimpiada”.
Usted está acostumbrado a viajar con varios compañeros y esta vez será el único representante colombiano en pista, ¿eso lo puede afectar anímicamente?
“No sé como lo tome en el momento, pues me gusta estar en ese ambiente agradable de carreras. Es chévere estar concentrado y compartiendo con los colegas, pidiendo sus conceptos, además de los del entrenador porque él siempre quiere que uno vaya más rápido que nunca. Las sugerencias sirven para mejorar y más si vienen de alguien que vive lo mismo que uno. En Tokio estaré con el mecánico, la fisioterapeuta y el técnico, vamos a ver cómo nos va”.
¿Qué expectativas tiene de los rivales que tendrá?
“Allá todos vamos a llegar con un nivel demasiado alto, pero no puedo decir con detalles cómo están lo demás. Me imagino que bien, lo único que sé es que los holandeses están mandando en el ciclismo de pista actual”.
De tantas pistas que ha
visitado en el mundo, ¿cuáles son las que más
le llaman la atención?
“La de Berlín, en Alemania, porque es subterránea. Pero por valor sentimental, la del velódromo Ana Meares de Brisbane, Australia, donde gané el keirin en la Copa del Mundo en 2019”.
Precisamente, ¿este triunfo es el más significativo en su carrera?
“Es mi mayor logro. Recuerdo que antes de salir a la final me senté y pensé: bueno, ya tengo la opción de pelear la medalla tras sortear duras batallas, ¿qué va a pasar ahora? Hablaba con el mecánico y le decía qué tan bueno cerrar diciembre con otro logro tras los triunfos en los Juegos Panamericanos de Lima. Es de lo que más me acuerdo. Después, en el avión, me di cuenta de la magnitud del hecho, juepucha, esto es muy grande porque lo hice ante medallistas mundiales y olímpicos”.
Y momentos no tan buenos...
“Gracias a Dios no he tenido episodios malucos, como lesiones o algo por el estilo. Uno sí tiene semanas malas en las que no rinde mucho, de resto todo ha sido felicidad”.
Mucha gente piensa que correr en la pista es peligroso, ¿qué le dice?
“Hasta cierto punto puede ofrecer riesgos. Si no te metes en la línea del otro y respetas a los rivales no hay problema. Pero si salís como “carroloco” o desconcentrado, hay caídas. Es madera, quema y las astillas se te meten en la espalda”.
¿Qué pasa por su cabeza cuando está en el podio?
“Pienso en los entrenamientos, en lo que se sufre antes de las carreras y reflexiono: sí valió la pena, cada esfuerzo es al máximo, vale la pena acostarse temprano, no salir. No hay nada más satisfactorio para el deportista y el técnico que verse en el podio”