Las lágrimas de impotencia ayer de Fernando Gaviria evidenciaron que al primer monumento de la temporada, la Milán-San Remo, no llegó de paseo sino con la firme intención de figurar. Y lo hizo, aunque el resultado no era el que esperaba.
Por la edad que tiene -21 años- y porque nunca había disputado una prueba de esta categoría, el corredor antioqueño no aparecía en el cartel de favoritos al triunfo.
Sin embargo, el reciente campeón mundial de pista y a quien en Europa ya lo apodan Misil luego de su demostración de fuerza y poder al esprint, dejó claro que es un hombre que, por sus condiciones, nunca se puede descartar. En la carrera italiana, la primera y más larga de las cinco clásicas de primavera, de 295 kilómetros, Gaviria, quien compite para el equipo Etixx-Quick Step, mostró resistencia e inteligencia para llegar a los metros finales y así luchar por la victoria.
No obstante, faltando 500 metros para la meta, y cuando se aprestaba para dar su ataque, fue rozado por un rival y terminó en el asfalto.
Sin embargo, y pese al dolor que sentía, que se reflejaba en su llanto, cogió la bicicleta y cruzó la meta, en la que finalmente se echó la bendición mientras sus compañeros lo consolaban. Desde ayer rivales y expertos lo empezarán a tener más en cuenta. “La caída solo fue culpa mía. Gran experiencia, aunque no puedo negar que tengo el corazón pensando en esos 500 metros”, dijo Gaviria.
Demare fue el vencedor
Cuando terminó la prueba, el francés Arnaud Demare (FDJ) llevó las manos a su cabeza como sin creer la hazaña que había logrado. Fue mejor que el resto de candidatos al triunfo, entre ellos Fabian Cancellara (Trek) y Peter Sagan (Tinkoff). Triunfó con 6 horas, 54 minutos y 45 segundos. Segundo fue el inglés Ben Swift (Sky) y el belga Jurgen Roelandts (Lotto Soudal). El mejor colombiano fue Dáyer Quintana (Movistar), 28°; Járlinson Pantano (Iam) entró 32°, Gaviria, 79°; Winner Anacona (Movistar), 113°; Daniel Martínez (Southeast), 123° y Carlos Betancur (Movistar) se retiró.