El performace Nadie sabe quién soy yo, de Nadia Granados con las Guerreras del Centro, presentado el año pasado en el Museo de Antioquia, fue elegido por los lectores de Arteria, la revista especializada en artes visuales, como la obra del año.
Este performace hace parte de la serie Residencias Cundinamarca, proyecto patrocinado por la Fundación Sura. Esta iniciativa busca desestabilizar los imaginarios y estigmatización que recae sobre las mujeres en ejercicio de prostitución, generar una discusión crítica a partir de la reconfiguración de las funciones corporales que implican los servicios sexuales, y visibilizar los conocimientos y saberes especiales que cada una de las participantes tiene para compartir con el mundo.
Nadie sabe quién soy yo es un cabaret performance resultado de la residencia artística de Nadia Granados, después de cuatro semanas de trabajo con un grupo de mujeres en ejercicio de la prostitución del entorno del Museo. La obra es una puesta en escena que surgió a partir de conversaciones particulares y ejercicios corporales, y de la historia de vida que cada una escogió contar y que fue insumo para crear cada escena.
La revista destaca como un valor de la obra, el proceso de realización, que requirió 14 sesiones de trabajo entre Granados y las trabajadoras sexuales del sector. El resultado es una pieza con una frescura narrativa, ritmo, lenguaje popular, humor negro. Así mismo hace una revisión del aparato de imágenes patriarcales sobre lo femenino que hace, lo mismo que el aprovechamiento de múltiples lenguajes (visuales, sonoros, teatrales, performáticos).
Así mismo, vale la pena anotar que EL COLOMBIANO invitó a varios curadores de arte la semana pasada para que resaltaran los mejores proyectos artísticos del año en el país. Dos de ellos destacaron la exposición 89 noches del Museo de Antioquia (de la cual forma parte el proyecto Nadie sabe quién soy yo), como de las mejores propuestas del año.
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El compromiso político y el desmontaje de clichés plásticos, museográficos, sociales, religiosos, mediáticos hacen que la obra de Nadia Granados, sea uno de los mejores referentes para reflexionar sobre el complejo mundo de la prostitución, más allá de cualquier estereotipo de género o condición social.