La masonería, los masones, sus logias o grupos son asuntos que causan curiosidad. Hay a quienes les produce miedo y a quienes les genera atracción.
¿Será por el halo de misterio que la rodea?
La definición del diccionario pasa por asociación universalmente extendida, en la que sus miembros “forman una hermandad iniciática y jerarquizada, organizada en logias, de ideología racionalista y carácter filantrópico”.
Que los masones son ateos, dicen unos; que brujos, sugieren otros; que satánicos señalan los demás... Y lanzan sus juicios sin saber.
Ese carácter de desconocido se debe a que en la Edad Media y en otros periodos de la historia sus integrantes fueron señalados, perseguidos, martirizados y asesinados, y sus reuniones y prácticas debían hacerlas de forma oculta. Y a que los masones son librepensadores, no dogmáticos.
En nuestro medio hay numerosas logias. “La masonería no es una sociedad secreta, pero sí discreta”, dice Carlos Alberto Mayorga Ortiz, venerable maestro (o sea del director) de la misma logia.