Laura Restrepo, con su inconfundible estilo, que oscila entre lo poético y lo visceral, retoma al inquietante Misericordia Dagger, uno de los personajes más recordados de su libro Pecado, para protagonizar su más reciente novela, Soy la daga y soy la herida (2025), una historia que se mueve entre la tragedia y la parodia, entre la crítica feroz y el delirio literario.
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”Soy Dagger, Misericordia Dagger”, afirma el protagonista en las primeras páginas. “Abismo me adjudicó un oficio: empuña el hacha, me dijo, tú serás el verdugo”. Así empieza una narración cargada de imágenes potentes, ritmo febril y una crítica feroz a los tiempos modernos, que Restrepo describe como marcados por el delirio de gobernantes autoritarios, irracionales y criminales.
Dagger, verdugo por designio divino, ha servido con eficiencia quirúrgica a un dios llamado Abismo, una deidad danzante y ominosa que lo comisionó para empuñar el hacha. Desde entonces, su existencia ha estado regida por la obediencia y la muerte.
Pero todo cambia cuando, en un giro inesperado, se enamora de la nieta de su próxima víctima. Ese encuentro fortuito desata una crisis de fe, de lealtades y de propósito que transforma la vida del asesino y pone en jaque su rol como ejecutor del juicio supremo.
La novela se despliega como una tragicomedia universal que cruza tiempos mitológicos con contextos actuales, y plantea una pregunta demoledora: ¿puede un verdugo encontrar redención a través del amor? En el universo distorsionado de Misericordia Dagger, la respuesta no es sencilla.