Dos hermanos que no se llevan bien deben atravesar una isla para reparar la camioneta de su papá, luego de atropellar una cabra por accidente.
Una historia de humor y hermandad, un relato diferente a los que se han visto en Colombia. Una película de carretera realizada por el director colombiano Samir Oliveros que recuerda que la comunidad de la isla Providencia también es territorio nacional.
EL COLOMBIANO habló con Oliveros sobre El día de la cabra. Una cinta que trae nuevas ideas al cine nacional.
¿Qué tipo de historia relata El día de la cabra?
“Una de reconciliación. La idea era poner a dos hermanos incompatibles en una situación incómoda para que tuvieran que trabajar en equipo y mirar si esto les ayudaba a reconciliarse y también a conocerse”.
¿De dónde surge?
“La historia se basa un poco en la relación que tengo con mi hermana pero también combina un viaje que hice a Jamaica donde una amiga que vive ahí hace 30 años. Su mamá me contó que una vez que la llevaba a la escuela se quedó dormida al volante por unos segundos y atropelló una vaca. Entonces, esa imagen de la vaca muerta frente a la camioneta con el panorámico ensangrentado y tres niños atrás llorando me pareció muy poderosa para el comienzo de algo. De esa anécdota y la relación con mi hermana salió El día de la cabra”.
Por qué hacer la película en Creole (lengua criolla de los habitantes de Providencia) y no en español?
“Lo hicimos porque es el idioma que se habla en la isla. Queríamos mantener lo más auténtica y orgánica posible la película. Además lo hicimos también por respeto hacia la comunidad”.
¿Les trajo inconvenientes rodarla en otro idioma?
“La verdad, si tu hablas inglés, al pasar unas semanas en la isla empiezas a comprenderlo. Después de un mes entenderás la gramática, que es distorsionar un poco el inglés. Ya para el momento del rodaje podíamos comunicarnos un poco en creole”.
¿Cómo eligieron a los dos protagonistas?
“Lo bueno de los actores naturales es que no se tiene que buscar a alguien que luego debe convertirse en una persona totalmente diferente, sino que se busca a la persona que más se parezca a tu personaje. Salimos entonces en la búsqueda de un niño que fuera avispadísimo. Muy energético y carismático. Así encontramos a Honlenny (jugando dominó con unos amigos). Cuando le dijimos del papel se dio cuenta que era interpretarse a sí mismo.
Con Kiara fue lo mismo: buscamos una niña vanidosa, entonces cuando la encontramos le dijimos que en el filme debía ser ella en pantalla y no hubo problema”.
¿Y el casting de La cabra?
“Ella fue quien nos llamó. Íbamos en una moto buscando cabras y escuchamos el meeee de la cabra (risas). Nos bajamos del carro buscamos al dueño y se la compramos”.
¿Hubo percances durante el rodaje en Providencia?
“El rodaje fue muy difícil porque la isla no tiene la infraestructura para hacer una película. Ni para hospedar a tanta gente (18 personas). Recuerdo que estrellamos el carro frente a una casa y antes de que el dueño llegara la reparamos. No se dio cuenta (risas). También en una escena en mar abierto se reventó el ancla y el viento se llevó la lancha y quienes estaban en ella algo lejos. La isla es impredecible”.
¿Qué efecto quiere que tenga el filme?
“Que la gente se entere de que existe Providencia y que sepan que esa isla hace parte de Colombia y que se habla otro idioma. Queremos poner la isla en el mapa”.
