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Una historia de 88 años, un ícono automotriz amigo de muchos, un modelo que dejó marca en la historia y la memoria de generaciones; el Volkswagen Beetle se despide. El célebre escarabajo dice adiós este año, tras casi nueve décadas de producción, desde que salió por primera vez a las calles en 1931.
Su característico diseño, noble y amigable, de motor trasero y estética redonda, lo convirtió en un símbolo para la marca y un miembro de muchas familias alrededor del mundo durante décadas.
A pesar que desde 2003 ya se había detenido la fabricación del escarabajo tradicional para dar inicio a la producción del modelo moderno, llamado New Beetle (en la planta Volkswagen de Puebla, México), este auto legendario cede el espacio a nuevos vehículos que se conocerán pronto.
“El mercado automotriz está migrando a vehículos eléctricos y SUV, y este carro (el Beetle) le cede el espacio en la producción a un modelo nuevo que vamos a tener pronto en la familia Volkswagen. Todavía no puedo contar más detalles, pero Beetle en estos momentos no tiene un sucesor”, declaró José Estrada, gerente de productos de Volkswagen para Colombia.
Despedida local
El adiós oficial del escarabajo en Colombia tuvo lugar en Medellín. El concesionario Automotora fue la vitrina comercial que eligió Volkswagen para entregar el último ejemplar del Beetle; una edición Sport que hizo parte de un lote llamado Beetle Final Edition, lanzado en mayo pasado. Fueron 80 vehículos, las últimas unidades a distribuir en el país.
Como acto conmemorativo se realizó una caravana desde el centro comercial Viva Palmas hasta el concesionario Automotora, en la avenida Las Vegas, a la altura de la diagonal 47A. El auto a entregar estuvo exhibido en una caja de regalo y fue transportado en una grúa, acompañado por varios modelos antiguos de Beetle durante el recorrido.
“Tener el último Beetle es algo espectacular. Soy coleccionista de algunos carros antiguos y restaurador, y es un sueño hecho realidad esto. Me dan ganas de dejarlo sin matricular, parqueado y todos los días dedicarme a ‘volearle trapo’”, expresó Alejandro Mejía, el comprador y ahora dueño de la última unidad del vehículo que se vendió en Colombia.
Mejía recibió su carro en medio del evento que se desarrolló en el concesionario, donde además hubo amigos, familiares, miembros de la prensa y hasta representantes de un club de aficionados al Beetle, que incluso se vistieron con ropa de época para la ocasión.
“Siempre alguien tiene al Beetle en su vida, porque un abuelo, un tío o un papá lo tuvo. Hoy es un día agridulce desde el punto de vista que le damos la despedida, pero estamos contentos de poder hacer este homenaje a este vehículo tan importante en Automotora”, añadió Estrada, resaltando la importancia del concesionario que ajusta más de 26 años siendo distribuidor autorizado de Volkswagen para Colombia.