La familia del cabo tercero Juan Mateo Benavides, uno de los nueve militares del Ejército que murió el pasado 29 de marzo en un ataque con explosivos en el Catatumbo, lo despidió este lunes en una sentida ceremonia en Bogotá a la que asistió el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
María Micaela Sierra, madre del joven, aprovechó la oportunidad para cruzar un par de palabras con el ministro, a quien le hizo un duro reclamo por las muertes de los jóvenes a manos del ELN.
“Se fue con una sonrisa (...) me lo entregaron en un cajón”, fue el doloroso mensaje de la madre del cabo tercero al ministro Velásquez, que esperaba celebrarle el cumpleaños al joven el próximo 15 de abril.
“Terrible, esas pobres mamás, las familias, ¿a son de qué?, ¿a son de qué están peleando todos estos muchachos?, una paz que ¿en dónde está?, ¿qué paz tenemos?”, le dijo la mujer a Velásquez, quien la escuchaba atento, sosteniéndole un brazo.
En medio del dolor de la mujer, que representa el de las madres y las familias de los otros ocho militares muertos en el ataque perpetrado por la guerrilla del ELN en el municipio de El Carmen, Santander, el ministro Velásquez le expresó sus condolencias y le aseguró que su dolor es el de todos los colombianos.
“Siempre es el intento por lograrla (la paz). De verdad que es muy doloroso. Todos lo sentimos, no como sienten las madres y familias, porque eso es algo que ustedes padecen. Los demás, con solidaridad”, le dijo Velásquez.
El ministro agregó que: “En situaciones como estas no hay palabras para decir frente a todo lo que ustedes sienten. ¿Cómo lograr la confianza en Dios, la esperanza, que ayude por lo menos a soportar esto?”.
La mujer, finalmente, le pidió al jefe de la cartera de Defensa que “haga algo por todos”.
“Haga algo por todos. Así vamos mal. Hay muchos niños muertos, porque los que cayeron allá fueron niños. Unos niños que no pasaban de 20 años. Niños que salen de su colegio”, dijo la madre del cabo Benavides.
Y es que de las nueve víctimas, siete estaban prestando servicio militar. Además, habían integrantes de comunidades indígenas. Los uniformados hacían parte del Batallón Especial Energético y Vial no. 10 y fueron atacados con tatucos y ráfagas de fusil por integrantes del frente Camilo Torres del ELN.
Tras el ataque, el Gobierno del presidente Gustavo Petro llamó a consulta a los negociadores de paz del Gobierno que adelantan los diálogos con el ELN, guerrilla que justificó el ataque con “el derecho a responder los ataques que recibe, por cuanto aún no hemos pactado ningún cese el fuego bilateral”, escribió en Twitter Antonio García, comandante del ELN.