Quien fue el hombre que con 10,5 millones de votos quedó de segundo en la pasada contienda presidencial, y por lo cual accedió a una curul en el Senado, llegó este 20 de julio al Congreso sin pompa, hermético y esquivando a los medios de comunicación.
Rodolfo Hernández evitó a la prensa, pero no sus nuevos compañeros en el Capitolio con quienes –en una de las sillas del Salón Elíptico– comentó en voz baja y por partes el discurso del saliente presidente Iván Duque. Incluso, previo a ese momento, saludó con afecto a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, y a su pareja, la senadora Angélica Lozano.
Eso sí, luego de la guerra de abucheos y pancartas que protagonizaron el petrismo y la bancada que aún es favorable a Duque, lanzó un tuit de desahogo que, al final, fue la única intervención que hizo.
“Tiene más orden una corraleja que la sesión de apertura del Senado, pobre de mi país”, trinó. Y luego complementó con una foto en la que se le ve sonriente: “Desde la curul 21 del salón de la Plenaria del Senado será donde desenmascaré todos esos atracos que les están haciendo a los colombianos”.
EL COLOMBIANO supo que no quiso hacer uso del espacio para hablar ante la plenaria que le correspondía por la curul que obtuvo, asignada por ser el segundo en las presidenciales, y que –al menos por ahora– no piensa presentar proyectos de ley o de reformas constitucionales.
En lo que sí deberá concentrarse, aunque públicamente no lo menciona, es en el expediente por posible corrupción que lo tiene con un llamado a juicio. El caso lo adelanta la Fiscalía y se tiene prevista para este jueves una audiencia, pero con su posesión en el Congreso –y por fuero– su caso podría pasar a la Corte Suprema de Justicia.
Sus abogados ya trabajan en ese asunto, pero hasta tanto no se resuelva su situación judicial es claro que su discurso anticorrupción puede ser atacado con el expediente que tiene pendiente .