Justo el día que el Congreso reanudó sesiones, este viernes se confirmó la renuncia del viceministro del Interior Gustavo García, encargado nada menos que de fortalecer las relaciones del Gobierno Nacional con la Rama Legislativa. Si bien detrás de su decisión hay proyectos particulares del saliente funcionario, al parecer detrás de su salida también habría incidido las diferencias con el ministro Luis Fernando Velasco.
García, quien llegó a ese despacho desde que era ministro el hoy embajador Alfonso Prada, presentó en las últimas horas su carta de renuncia a Velasco, en la que agradeció por su confianza y por permitirle seguir al frente de labores como el seguimiento y control a la agenda legislativo del Ejecutivo con el Congreso.
El abogado –quien dice ser defensor del medio ambiente, la paz y los animales–, es hijo del exsenador liberal Guillermo García Realpe y era una de las cuotas de representación del departamento de Nariño en el gobierno de Gustavo Petro.
A finales de enero, se conoció que el ministro Velasco –quien figura en capilla en el mentado revolcón ministerial que prepara el presidente Petro–, le pidió la renuncia a ocho altos directivos de la entidad.
La hipótesis de esa decisión, según fuentes consultadas por este diario, serían que Velasco, convencido de que seguirá en el cargo, desde ya estaría calentando motores para “no perder el tiempo en el Congreso y aceitar con puestos a senadores y representantes”, según dijo en su momento una persona cercana al despacho. La otra lectura sería que, en un intento por congraciarse con Petro y mostrar resultados, decidió hacer una purga interna para acelerar la ejecución.
Los afectados fueron Franklin Javid Castañeda, director de Derechos Humanos; Amelia Rocío Cotes, de Asuntos Religiosos; Germán Carlosama, de Asuntos Indígenas, ROM y Minorías; Víctor Hugo Moreno, de Asuntos para Comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras; y Álvaro Echeverry Londoño, de la dirección de la Autoridad de Consulta Previa. Todos están bajo la batuta de la viceministra Lilia Clemencia Solano, cercana a la Alianza Verde.
Los otros directivos a quienes les pidieron la renuncia fueron Kevin Henao, director de Asuntos Legislativos; Alejandro Ramírez Roa, director para la Democracia, Participación Ciudadana y Acción Comunal, y Yuly Paola Manosalva, de la dirección de Seguridad, Convivencia Ciudadana y Gobierno. Los tres estaban bajo la sombrilla precisamente del viceministro Gustavo García Figueroa, que también es afín a los verdes.
La salida de García coincide con la renuncia de Claudia Numa de la Dirección General del Presupuesto del Ministerio de Hacienda. Se trata de una técnica que llevaba al menos 15 años en esa cartera liderando la destinación de los recursos del presupuesto general, quien dijo adiós en medio de aparentes desacuerdos con el presidente Gustavo Petro y por inconformismo con las asignaciones de presupuesto.
La funcionaria trabajó desde 2006 como subdirectora de análisis y consolidación presupuestal y también tuvo experiencia en Planeación Nacional. Quienes la conocen aseguran que era una mujer conocedora de todos los temas de asignación y destinación de recursos.
“Con profundo pesar, me veo obligada a renunciar a mi posición, ya que no estuve dispuesta a permitir que el país se enfrentara a una situación de incertidumbre”, fue el mensaje que envió Numa a su equipo de trabajo.