La Capital antisubversiva de Colombia, así llamaban a Puerto Boyacá cuando allí tenían el control los paramilitares, su posición estratégica en el margen izquierdo del río Magdalena y estar cerca de todo: Bogotá, Antioquia, y de camino hacia el Caribe hicieron de la quinta ciudad de Boyacá la esquina predilecta de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio.
En Boyacá hay 32.000 víctimas registradas, de ellas el 14 % son de Puerto Boyacá, es decir, 4.483 personas, cerca del 8 % de la población de ese municipio, lo que evidencia cómo el conflicto se ensañó con ellos.
Por eso, diez años después de hacer las paces con los paramilitares quieren quitarse el estigma que les trajo ser cuna del paramilitarismo, como lo señalan investigaciones que demuestran que desde la década de los 70 se dio la génesis de las autodefensas en ese caluroso poblado.
Así es que con el Parque de la Reconciliación la Administración Municipal de Puerto Boyacá quiere homenajear a las víctimas y recordar la reconciliación que han vivido, ya que allí se desmovilizaron 700 paramilitares y en su gran mayoría –más del 80 %- se reincorporó aprovechando la bonanza petrolera, como lo relata el alcalde Óscar Fernando Botero.
El monumento
En el Parque de la Reconciliación Jorge Eliércer Gaitán, parque principal actualmente en remodelación con recursos de regalías, hay un espacio para un monumento a las víctimas, “la propuesta que tenemos es como una herida, algo que nos recuerde lo que hemos sufrido, pero también lo que hemos sanado”, explica el alcalde.
Para ello Botero le envió una carta al alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, para que le cediera a su administración 40 toneladas del material resultante de la fundición de las armas de los paramilitares.
“En dichos diseños se estableció un espacio para un monumento a la paz, que deseamos concebir en honor a las víctimas del paramilitarismo, y que mejor forma de hacerlo, si es con las armas o municiones con las que algún día los hombres de este municipio sirvieron a esa guerra y que hoy se encuentran abandonadas en forma de barras bajo su custodia en la bodega del Polo Norte de la Alcaldía de Medellín”, dice la comunicación.
El material que solicitan está al sol y al agua en dicha bodega y dentro de la Administración de Medellín es muy poco lo que se sabe de él.
“Le pedí a todo el equipo que revisen muy bien después de la desmovilización, de la entrega de armas, dónde está realmente esa fundición, cuántas toneladas hay y cuál había sido el compromiso desde hace años tanto de parte del Gobierno municipal o nacional de qué hacer con ese material”, confirma Gutiérrez.
Medellín no lo hizo
EL COLOMBIANO pudo establecer que ese material fue entregado por el Gobierno Nacional a través de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación a la ciudad de Medellín para que elaborara un monumento en honor a las víctimas.
Medellín era, según Jaime Jaramillo Panesso, quien integró la Comisión, la indicada para que este monumento se hiciera: Antioquia había sufrido la inclemencia del conflicto armado y la capital del departamento recibía entonces la mayor cantidad de desmovilizados del país.
Y aunque dos artistas presentaron diseños y propuestas para hacer los monumentos, ninguno llegó a feliz término: el primero fue el chileno Francisco Gazitúa y luego el antioqueño Fredy Alzate.
Como el abandono se está comiendo el material, como lo evidenció este medio en su visita al lugar en julio del año pasado, el concejal de Medellín Daniel Carvhalo acompaña la solicitud del alcalde de Puerto Boyacá: “Es mejor que se haga algo con esas armas que dejar ese material oxidarse en una bodega”.
Federico Gutiérrez se comprometió a responder en próximos días la solicitud de su homólogo, “a mí me parece que la idea que tiene el alcalde Botero es noble y bonita y en todo lo que podamos apoyar lo vamos a hacer”.
Sin embargo, no quiso privar a la ciudad de su monumento: “Si nosotros también con ese material podemos hacer un monumento a la reconciliación y podemos hacer un monumento en contra de esa violencia absurda que vivimos durante tantos años en la ciudad de Medellín, pues también lo vamos a hacer”.
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armas fueron entregadas por los paramilitares en su proceso de desmovilización.
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toneladas de metales resultaron de la fundición de las armas de los paramilitares.