La Procuraduría ha tomado la decisión de frenar y absolver al exdirector del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses Carlos Eduardo Valdés después de que se iniciara un proceso de indagación en su contra por supuestamente haberse equivocado con el dictamen que señalaban los motivos de la muerte de Jorge Enrique Pizano, uno de los testigos más importantes en el caso Odebrecht, tras sus denuncias por presuntas irregularidades en el proceso de contratación de la Ruta del Sol II.
En 2028, Valdés le dijo a la opinión pública que en el cuerpo de Pizano no había rastro alguno de cianuro, como se había especulado al inicio, de que esa sustancia habría ocasionado su muerte. Además, el entonces director de la entidad aseguró que una mancha encontrada en una toalla que habría utilizado Pizano antes de morir era sangre, cuando en realidad, después de que su equipo entregara los resultados finales, se confirmó que se trataba de saliva.
Error por el cual el funcionario tomó la decisión de renunciar a su cargo y asumir la responsabilidad. “Soy, objetivamente, el único responsable de haber afirmado a la opinión pública que la mancha de sangre de que trata ese informe era sangre humana. Soy el único responsable”, dijo.
Y agregó: “Mi equivocación obedeció a que, por las características iniciales de la mancha, asumí que se trataba de una mancha de sangre (humana). A partir de ese momento cometí el error de nunca preguntar su origen a los laboratorios y solamente me concentré en los resultados forenses de si correspondía o no al señor Pizano y si había o no allí cianuro”.
Valdés tomó en su momento la decisión de decirle tal cosa a los medios porque, al parecer, lo que ocurrió horas antes a dar su declaración es que él creyó que una muestra de sangre que habían encontrado en la escena podría ser de Pizano, de quien todavía no se confirmaba el motivo de su deceso, mientras que de su hijo sí. Alejandro Pizano sí murió por envenenamiento por cianuro.
Así que el exdirector de Medicina Legal dio por sentado que esa sangre podría ser de Jorge Pizano, porque ya se había confirmado que esta no contenía cianuro, y como ya se había confirmado que su hijo si murió por culpa del veneno, entonces todo apuntaba a que podría ser de Pizano.
Las circunstancias en las que se habrían presentado los hechosfueron investigadas desde entonces por la Procuraduría. Un proceso que finalmente concluyó en un fallo de 90 páginas que todo se trató de un error humano y que Carlos Eduardo Valdés en condición de director de Medicina Legal no incurrió en una falta disciplinaria.
“La anterior equivocación del señor Valdés fue reconocida por él de manera pública y, por dicha razón, en un acto de responsabilidad presentó su carta de renuncia ante el Fiscal General de la Nación, pero dicho aspecto no puede considerarse como una conducta que merezca reproche disciplinario, ya que fue una conclusión a priori realizada con fundamento en las circunstancias en que fue encontrado el cuerpo, esto es, desnudo, envuelto en una toalla con unas manchas que podían considerarse sangre por cortes al afeitarse”, concluyó el Ministerio Público.