El Secretariado de las extintas Farc reconoció este jueves, en el tercer día de audiencia, su responsabilidad en casos de secuestro durante el conflicto armado, particularmente en los que se hicieron con fines de control territorial. Nuevamente se vieron cara a cara con las víctimas y comparecieron ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que ya los imputó por este crimen de lesa humanidad y otros delitos asociados.
El primero en hablar fue “Pablo Catatumbo”, quien aceptó su responsabilidad individual, colectiva y desde su rol jerárquico como comandante del Bloque Magdalena Medio, en este patrón de secuestro que es el que más víctimas ha acreditado, según la JEP.
Además, el secuestro con fines de control territorial también dejó el mayor número de desapariciones, más violencia sexual y trabajo forzado, según señaló en la audiencia la magistrada encargada de investigar estos hechos, Julieta Lemaitre Ripoll.
“Esta política, además de haberle quitado la libertad a la gente, haber victimizado a la gente al quitarle su libertad, estuvo acompaña de malos tratos, de acciones degradantes ocurridas en el proceso del cautiverio”, recordó “Pablo Catatumbo”.
Igualmente, Jorge Torres Victoria, su nombre de pila, señaló que este tipo de crímenes se comenzaron a cometer con el fin de posicionar a las Farc en los territorios. “A medida que nos hacíamos más consolidados, también se nos disparó la arrogancia y violamos la narrativa y el compromiso participativo de las decisiones en el territorio”, lamentó.
El secuestro con fines de control territorial no solo afectó la libertad de las víctimas, sino que los entonces integrantes de las Farc forzaron a realizar trabajos a las personas que se encontraban en cautiverio. Además, era recurrente que el secuestro se justificara con que las personas eran colaboradoras del Ejército o de grupos paramilitares; acusaciones que causaron desplazamientos forzados y señalamientos injustificados a personas que no participaban del conflicto, como lo ha recogido la JEP.
Sobre el caso también habló el último comandante de las extintas Farc, Rodrigo Londoño, quien reconoció que la guerrilla ejerció tratos crueles y prolongó el cautiverio de los secuestrados de forma injustificada. Así mismo, el firmante de paz afirmó que este patrón de secuestro en especial “tiene mayor dolor” porque afectó a la gente “más humilde del pueblo colombiano”.
“Hoy es claro para nosotros que las condiciones de vida en medio de la selva de nuestro país significaron sufrimientos relacionados con la falta de intimidad, afectaciones a su salud física y mental, padecimientos por alimentación insuficiente y angustias que laceraron el alma de sus familiares”, aceptó Londoño mirando a las víctimas representativas de este patrón de secuestro.