Entre los años 70 y 80, la guerrilla del Eln comenzó a copiar el uso de prácticas con explosivos desarrolladas en la guerra de Vietnam y según el Ejército, en zona rural del municipio de San Vicente de Chucurí, Norte de Santander, fue donde se tuvo uno de los primeros registros del uso indiscriminado de este tipo de arma.
Desde ese momento, las Fuerzas Armadas comenzaron a buscar posibilidades para contrarrestar esa nueva estrategia que cada vez se volvía más común en los grupos insurgentes. Pasaron los años y se dieron cuenta de que la solución perfecta tenía cuatro patas.
Hace poco más de 15 años, como lo señala el Ejército, tras largos meses de entrenamientos, los perros empezaron a acompañar a la tropa en el área de operaciones, incluso a internarse en la selva por meses con los soldados. El resultado fue exitoso, los caninos detectaban explosivos instalados en caminos, trochas, en la maraña. Poco a poco comenzaron a salvar cientos de vidas, ya eran parte de la tropa, un hermano, un soldado más.
“Cuando la unidad en la que está el canino sale del área de operaciones a un reentrenamiento, el perro también; si esa unidad sale a descansar, el perro también tiene su periodo de descanso y cuando está en alguna situación de salud, el perro también tiene derecho a tratamiento. Es un miembro más del Ejército”, afirmó el coronel Jorge Armando Ramírez, director de Caninos del Ejército Nacional.
En la actualidad, esa institución cuenta con el servicio de 2.197 perros de diferentes razas, de los cuales 1.694 son operacionales, es decir, están en diferentes misiones en el territorio nacional.
Sin embargo, el conflicto armado no tiene compasión y los perros lo sufren. Desde el año 2012, según el coronel Ramírez, no se había registrado la muerte de alguno de estos animales, pero este 2019 ha sido diferente y en tan solo tres meses, cuatro caninos han perdido la vida en el desarrollo de operaciones militares, otro más resultó herido y se le tuvo que amputar una de sus patas (ver historias).
“Estos grupos están utilizando todo tipo de artimañas para engañar al perro, porque saben lo valioso que es, por eso en las estructuras ilegales nuestros caninos son objetivos de ellos. Es por eso que a diario nos capacitamos y reentrenamos para superar esas capacidades que los ilegales han obtenido con el pasar de los años”, explicó el coronel Ramírez.