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La protesta social también estará en la agenda de 2021

Siete analistas consultados por este diario consideran que, pese a la pandemia, se deberá garantizar el derecho a la movilización en medio de bioseguridad.

  • Para los analistas, pese a que el país está en medio de una pandemia, las reivindicaciones sociales estarán a la orden del día. FOTO Juan Antonio Sánchez
    Para los analistas, pese a que el país está en medio de una pandemia, las reivindicaciones sociales estarán a la orden del día. FOTO Juan Antonio Sánchez
19 de enero de 2021
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El ambiente político y social, en año preelectoral, estará marcado por movilizaciones sociales, que según los analistas consultados, no serán frenadas por la pandemia, tal cual como sucedió el año pasado en Colombia y en varios países del mundo.

Al respecto, dice el docente de Ciencia Política de la Universidad del Norte, Luis Trejos, la pandemia puede afectar la convocatoria, pero también, a su juicio, debe tenerse en cuenta que la crisis económica producida por las cuarentenas y las restricciones han producido "una compleja situación social que estimulará las marchas", que buscarán reclamar soluciones al gobierno.

Por otro lado, agrega Trejos, "se espera una actitud de diálogo y respeto de los convocantes y las autoridades con el fin de evitar hechos de violencia que posibiliten la estigmatización de la movilización social al señalar que está infiltrada o es instrumentalizada por grupos armados organizados ilegales", como sucedió el año pasado, especialmente con las movilizaciones en Bogotá, en las que se registraron ataques contra algunos CAI de la Policía y en las que, además, murieron siete personas.

En ese momento, el Gobierno Nacional ofreció hasta $50 millones para identificar a los responsables de los hechos vandálicos. “Esas muertes no pueden quedar en la impunidad”, declaró en ese entonces el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.

De parte y parte

Jennifer Pedraza, economista, líder estudiantil e integrante del movimiento Dignidad, considera que en el corto plazo no ve posible que se realicen grandes convocatorias y concentraciones, especialmente por la situación que vive el país, con un repunte de contagios y muertes provocados por el coronavirus, pero recuerda que hay otras opciones para demostrar el rechazo a alguna política o decisión con la que no se esté conforme, como los cacerolazos.

"Toda la sociedad debe unirse para superar la crisis de salud que vivimos; sin embargo, el año es largo y sabemos que el Gobierno ha defendido ampliar la base gravable del IVA hasta llegar a la canasta básica familiar, así que no descartaría más adelante la necesidad de medidas de protesta", asegura Pedraza.

Ómar Arango, miembro del Comité Ejecutivo de la Federación colombiana de trabajadores de la educación (Fecode), asegura que son conscientes de que se deben evitar las aglomeraciones, por lo que, cuando se den las movilizaciones, lo harán como el año pasado, en caravanas o con plantones en los que se garanticen las medidas de bioseguridad.

Asimismo, sostiene que "en febrero presentaremos pliegos de peticiones, enfocado en que se cumplan los acuerdos de 2019".

En este punto hay que recordar que en diciembre pasado la ministra de Educación, María Victoria Angulo, señaló que los acuerdos se han cumplido y una muestra de ello es que en los últimos tres años el sector educación ha tenido el presupuesto más alto, con $47,4 billones, por ejemplo, para la vigencia 2021.

Desde el Gobierno Nacional, Diego Molano, director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, asegura que de la Conversación Nacional, realizada el año pasado se "escuchó y actuó".

Molano le dijo a este diario que a lo largo del año pasado hubo siete mesas de trabajo, 32 mesas regionales y una nacional y se discutieron al menos 11 mil propuestas, de las cuales, destaca, fueron incluidas en iniciativas de gobierno, "la modificación al Icetex, matrícula gratis para 500 mil estudiantes de universidades públicas y la destinación de alrededor de $2,5 billones de regalías para vías terciarias, proyectos de agua potable y saneamiento", entre otros aspectos.

El funcionario agrega que el Gobierno ha buscado conversar, escuchar y actuar "y esa es la disposición que tiene ahora” frente a las movilizaciones sociales. Finalmente, invita a todos los sectores a que "este año el foco sea la reactivación, la vacunación y que todos garanticemos que se apliquen protocolos de bioseguridad".

Pandemia, clave

Aunque la recomendación de las autoridades es evitar aglomeraciones que puedan facilitar el aumento de contagios por coronavirus, este asunto también será fundamental.

Así lo advierte Carlos Arias, docente de la Maestría en Comunicación Política de la Universidad Externado, quien sostiene que entre algunos hay "indignación social por el mal manejo que se le ha dado a la economía, a la vacunación, y a la carencia de autoridad del presidente Iván Duque".

Arias agrega que, sin duda, no se puede desconocer que existe un riesgo de salud pública en las movilizaciones, especialmente con el repunte de contagios y muertes en la actualidad.

"La redes sociales seguirán siendo el caldo de cultivo de la inconformidad, sumado a un año preelectoral en el que muchos políticos saldrán a moralizar las opiniones para exacerbar la polarización", dice Arias.

Al respecto, José Penso, analista y miembro de la Asociación Colombiana de Consultores Políticos, menciona que el hecho de que el país esté a solo 14 meses de elecciones para Congreso, será un punto clave de cara al panorama político que llega.

Aunque dice que se necesitaría una "bola de cristal" para vaticinar el futuro de las movilizaciones este año, "los diferentes actores políticos van a tratar de movilizar las masas, pero no sabría si se da con marchas físicas. Sin duda alguna, ya hemos visto otro tipo de iniciativas, como los referendos, que algunos sector políticos están impulsando".

Asimismo, señala que diferentes actores políticos se concentrarán en construir "matrices de opinión para influir en el voto del elector".

Mirada política

Más allá del asunto político y preelectoral, Lina Guisao, politóloga, especialista en comunicación política y coordinadora de la plataforma Derecho a no obedecer en Medellín, sostiene que el año tiene factores que resultan "interesantes" para el análisis.

Por ejemplo, comenta Guisao, las movilizaciones no serán para exigir mejores condiciones de salud o de educación, sino que se enfocarán en vacunación, especialmente porque, hasta el momento, no hay claridad en fechas para empezar su aplicación. "Esto será otro factor de exclusión social", dice Guisao.

En este punto, el ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez, ha dicho que la priorización se hizo de acuerdo con las poblaciones que tienen mayor riesgo de muerte y contagio.

Guisao, por otra parte, coincide con los analistas en que con seguridad sí habrá movilizaciones estudiantiles, que no solo serán impulsadas por corrientes consideradas de izquierda, sino que también las tendencias políticas de derecha serán protagonistas. "Ambos convocarán", opina Guisao.

Para ella, otro elemento a tener en cuenta son los procesos revocatorios contra los alcaldes de Medellín, Bogotá, Cali o Cúcuta, por lo que en esas ciudades los movimientos revocatorios buscarán mostrar que el gobernante no sirve, con el objetivo de desestabilizarlo.

"Así como el viernes pasado los comerciantes en Medellín salieron por el toque de queda, habrá movilizaciones por asuntos de la pandemia o por cualquier otro tema, para desestabilizar esos gobiernos y la opinión pública pueda ser adversa", agrega Guisao.

La especialista también vaticina que este año la polarización será más aguda, lo que seguramente se reflejará en las calles y en las redes sociales, con argumentos en contra y a favor de los gobiernos de turno, que para unos serán “ineptos y para otros salvadores”.

¿Han servido?

El analista Penso señala que las protestas han sido una forma histórica de llamar la atención de los gobiernos y, además, señala que "hemos visto que se han visto reflejadas en políticas públicas o acciones de gobierno luego de que se registran".

Pedraza también destaca que las marchas sí han sido efectivas y cita como ejemplo el caso de la reforma pensional de la que se habla desde 2019 y que despertó movilizaciones en el país, y por lo menos hasta el momento no ha sido agendada.

Además recuerda el paro de octubre de 2018, a solo dos meses de la llegada del gobierno Duque, el cual se tradujo en un acuerdo que incluyó $4,5 billones adicionales a los que recibirá la educación pública en cuatro años, más $1,2 billones para ciencia hasta 2022.

"Sin ese paro, las universidades públicas que hoy están una situación financiera muy crítica por la pandemia, estarían quebradas", concluye Pedraza.

Por último, Penso asegura que a las movilizaciones sociales no hay que invalidarlas, pero "lo que sí hay que cuestionar es algunas formas de protesta, sobre todo cuando estas generan más violencia"

7
personas murieron en las protestas de septiembre del año pasado.
2
policías fueron destituidos por la Procuraduría por la muerte de Javier Ordóñez.
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