Fue luego de la captura de seis integrantes de las disidencias del frente 36 de las Farc en el norte de Antioquia que el Ejército logró corroborar lo que tenía bajo investigación y que EL COLOMBIANO denunció el pasado 31 de julio: hay nexos entre las organizaciones delincuenciales de Bello y y ese grupo armado organizado renegado de las Farc.
Entre los detenidos había exintegrantes de los frentes 18 y 36 de las Farc, y Fernando Alberto Jiménez, alias Caníbal o el Feo, señalado por la Policía y autoridades militares como el jefe de finanzas de las disidencias, pero que en realidad es un hombre de vieja data en las temidas bandas el Tapón y Pachelly del norte del Valle de Aburrá.
“Alias Caníbal actualmente tiene cinco condenas, entre las que hay una por el delito de homicidio y dos por fuga de presos. Integró los bloques Metro y Centauros de las Auc e incluso confesó numerosos delitos en Justicia y Paz. Esto comprueba que siguió delinquiendo y ahora manejaba todo el dinero de rentas ilícitas para las disidencias en Toledo y San Andrés de Cuerquia”, explicó una fuente judicial a este diario.
Con esta alianza entre integrantes de el Tapón, Pachelly y el Mesa con grupos disidentes, las autoridades reafirman su posición sobre la única intención de lucha por parte de esas estructuras armadas ilegales.
“Hoy los grupos armados organizados, especialmente en los disidentes de Farc, e incluso el Eln, su posición ideológica ha dejado de existir; ahora hay un interés por negocios del narcotráfico, que generen rentas ilegales para sostenerse. Hoy la estructura disidente del frente 36 está dedicada al narcotráfico, extorsión y minería ilegal, de ahí que sus alianzas sean con grupos delincuenciales del Valle de Aburrá, los cuales nunca han pensado en tomarse el poder por medio de las armas”, afirmó el comandante de la Cuarta Brigada, general Juan Carlos Ramírez.