Caracas mandó este martes el mensaje planteando una cita directa –y pronta– entre los presidentes Gustavo Petro y Nicolás Maduro, pero Bogotá no tiene afán en que se dé. Eso sí, la puerta está abierta: “Ya eso se cuadrará en un momento adecuado”, confirmó el mandatario colombiano.
En efecto, la reactivación de las relaciones entre Colombia y Venezuela está en marcha, pero la Casa de Nariño dio un compás de dos meses para que se subsanen asuntos de frontera, comercio y cooperación para la normalización completa del diálogo binacional. Apenas se dé ese paso, habrá cita entre Petro y Maduro.
Pero la nueva era binacional ya comenzó con las conexiones entre los cancilleres Álvaro Leyva –desde el lado de Bogotá– y Carlos Faria –desde Caracas–. Esos acercamientos comenzaron con el viaje del colombiano al estado Táchira, previo a la investidura.
Fue un avance diplomático para decantar la ruta de la normalización de las relaciones, cuyo primer paso será la reapertura total de la frontera, para luego revisar otros frentes de acción como los vínculos comerciales e, incluso, militares.
A ese último punto el Palacio de Miraflores le quiere dar celeridad, aunque Colombia tiene muchas reservas. El mismo ministro de Defensa del régimen, Vladimir Padrino, solicitó contactarse con su par de Colombia, Iván Velásquez, para relanzar esa amistad.
No obstante, al menos en lo público, la cartera de Velásquez no lo tiene entre sus prioridades.
La cuestión de la seguridad es uno de los asuntos más delicados de la relación bilateral por la presencia del ELN de las disidencias de las extintas Farc en ese territorio. Además, los hombres del círculo de confianza de Maduro –como el mismo Padrino– han sido señalados por Estados Unidos de pertenecer a un cartel del narcotráfico y hasta piden su extradición.
También se analiza dar otro paso con la reactivación de las embajadas y consulados, aunque Petro advirtió que “mientras no se normalicen las relaciones, no hay embajadores”. Esa afirmación lleva a que lo único firme, por ahora, es que los contactos del canciller Leyva con el otro bando están centrados, como dijo el mismo mandatario, en la apertura de frontera.
Con toda esa receta de movidas a seguir, el presidente colombiano no cerró la puerta a que se celebre una cumbre con Maduro. Eso sí, desmintió de tajo los rumores que hablaban de una eventual cita para este fin de semana.
Otra cuestión que queda en el tintero es el manejo de Monómeros Colombo Venezolanos, una compañía de fertilizantes de carácter binacional que el Ministerio de Agricultura considera clave para la seguridad alimentaria en el país.
Este martes, dos horas después de que Petro dijera que buscaría cómo resolver los problemas económicos de esa empresa, la Superintendencia de Sociedades emitió un comunicado en el que exoneró a esa firma de la medida de control a la que le había sometido en septiembre de 2021. Pero la dejó sujeta al grado de supervisión de vigilancia.
Las diligencias de la Casa de Nariño avanzan a paso lento y con el objetivo claro, al tiempo que la bancada del Pacto Histórico en el Congreso se acerca a la Asamblea Nacional de Venezuela.
Todos los puntos llevan a un mismo rumbo: en un plazo que puede ser de no más de dos meses habrá foto Petro - Maduro.