“A él le da temor que, como pasó en Bogotá, yo no acepte alianzas non sanctas, no acepte dineros de contratistas y termine siendo una campaña muy barata, muy pequeña. Eso me produjo una derrota. Les da mucho temor eso”, reconoció el todavía director en diálogo con la emisora La FM, precisando que estará en el cargo hasta el 16 de mayo.
En esa línea, se refirió a lo ocurrido el pasado viernes durante un evento en Tibú, Norte de Santander, donde el jefe de Estado rompió el protocolo para desautorizar la presencia de Bolívar, advirtiendo que ya estaba de salida de su Gobierno.
“El presidente, tal vez en su confusión, porque mi carta de renuncia tiene fecha 30 de abril, pensó que yo no debería estar ahí porque había renunciado. Mi salida es el 16, fue una solicitud que le hice”, explicó Bolívar, quien insistió en que “nunca me he lagarteado” una invitación.
“Esas invitaciones las hace la jefatura de despacho y allá solo he tenido un amigo por cuatro días que fue Jorge Rojas (Exdirector del Departamento Administrativo de la Presidencia -DAPRE). De resto, fue Laura (Sarabia), con la que no he tenido buenas relaciones. El progresismo ha estado cuatro días en la Casa de Nariño, nunca hemos tenido la posibilidad de decir ‘llévenme a esto’”, agregó.
Bolívar se refirió a su eventual aspiración presidencial y reconoció, frente a las críticas de un sector del petrismo, que “siempre le tiran piedra al árbol que tiene más frutos”. Sin embargo, ratificó que no pidió ser candidato. “Nunca lo he manifestado. Tal vez la gente premia un acumulado de coherencia, buena gestión que estoy haciendo”.
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En esa línea, afirmó que no es hipócrita y le que “cuesta mucho” sonreír y hacerse amigo de personas con las que no comparte sus prácticas. “Eso está pasando al interior del Pacto y no lo puedo negar. Hay otros que le dicen al presidente que Bolívar no es el candidato porque no une, no genera consensos o puede dividir. Pueden tener razón (...) Yo no tengo ese hígado”.
El saliente funcionario defendió que su candidatura “fue saliendo naturalmente” y que hoy sea el favorito de la izquierda en las encuestas lo convierte “en una persona que se atravesó a los intereses de otras personas que legítimamente quieren aspirar y ganar”.
Inclusive, hizo alusión a sus tiempos como congresista y acusó a los entonces senadores Sandra Ortiz e Iván Name –hoy procesados por el escándalo de corrupción en Gestión del Riesgo (UNGRD)–, así como Angélica Lozano, de hacerle una “triquiñuela” para impedir que asumiera como segundo vicepresidente del Senado en 2023. Lo anterior, según dijo, porque se negó a saludar y pedirle el voto a personas con las que no compartía.