La lluvia comenzó a caer sobre Mocoa antes de la media noche del sábado. Para la una de la mañana, lo que empezó como un aguacero, se convirtió en un torrencial que le quitó el sueño a la mayoría de habitantes de la capital de Putumayo, y a partir de ese momento fue imposible no pensar en lo ocurrido el 1 de abril de 2017, cuando una avalancha arrasó con parte de ese municipio llevándose 329 vidas y dejando miles de damnificados.
“Para las 3:00 a.m. era tanta el agua que caía, que las alarmas sonaron. Ya los ríos Mulato y Sangoyaco, que fueron los mismos de la tragedia, empezaron a desbordarse y sus aguas empezaron a entrar a varios barrios y a inundar casas, incluso uno de los puentes peatonales instalados hace poco quedó inservible. La gente estaba muy asustada”, le narró a EL COLOMBIANO, Luis Cerón, habitante de Mocoa.
Por fortuna, según las mismas autoridades de Putumayo, el sonido de las alarmas ayudó con la evacuación de poco más de 20 mil personas, quienes fueron retiradas de las zonas de riesgo y ubicadas en 38 puntos de encuentro.
“Sobre las 5:30 de la mañana el alcalde de Mocoa, José Antonio Castro, dio la orden para el retorno a las viviendas nuevamente tras declararse el nivel de alerta en amarilla. Después de las 7:00 a.m. las lluvias pararon y los niveles de los ríos bajaron”, afirmó en un comunicado, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Ungrd.
“Hace unos quince días se realizó un simulacro de evacuación acá en el municipio, resulta que está vez eso sirvió bastante porque la gente, una vez sonaron las alarmas, supo para donde tenía que ir para estar a salvo”, agregó Luis Cerón.