Gritos, calumnias y acusaciones sin fundamentos son algunos de los hechos que se configuran contra Adriana Mejía Aguado, gerente de Artesanías de Colombia. Un artículo del portal Casa Macondo reconstruyó los abusos que habría cometido la funcionaria, de quien se dice que ha acumulado poder, al parecer, por ser amiga cercana a la familia presidencial.
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La denuncia, retrató el portal, fue enviada inicialmente al ministerio de Trabajo y al sindicado del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, el 31 de diciembre de 2022. En la querella exponían cómo 14 funcionarios habrían sido víctimas de los maltratos de Mejía Aguado. Sin embargo, dijeron los denunciantes, desde entonces la situación ha empeorado.
Las personas que accedieron a hablar con Casa Macondo relataron que la mujer también habría incurrido en la práctica de contratar personas sin los requisitos necesarios para los cargos, en el cobro elevado de viáticos y hasta en hacer política por los canales institucionales.
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Dos de los funcionarios, incluso, relataron que fueron hospitalizados como consecuencia del estrés laboral. La mujer tiene a cuestas una investigación en la Procuraduría por su posibles faltas disciplinarias.
“La crisis también ha resquebrajado el pilar más importante de la institución: los artesanos. Quienes antes veían en Artesanías de Colombia a un aliado incondicional, hoy se sienten abandonados o perseguidos”, señaló Casa Macondo.
Adriana Mejía Aguado es una abogada y artista de poca trayectoria en el sector cultural. Llegó a la institución en octubre de 2022, al parecer, bajo el mérito de ser amiga de la familia presidencial.
“La nueva gerente solía preguntar: ‘¿Usted es de planta o es contratista?’. Si la respuesta era ‘de planta’, se lamentaba: ‘Ay, no lo puedo botar’. Pronto se empezó a respirar un ambiente de desconfianza. Nos decía que había encontrado un nido de ratas en Artesanías”, dijo uno de los funcionarios al citado medio y añadió: “La mayoría de nosotros llevamos veinte años acá y, además, no hay nada qué robar”.
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La mujer también es señalada de, al parecer, cambiar el reglamento interno del trabajo y de nombrarse a ella y a su mano derecha en el control interno disciplinario. Es decir, las quejas por abuso laboral pasan por ella.
El posible maltrato de la mujer ha llevado a que se disparen las incapacidades médicas en la institución. Pasaron de 81 en 2022 a 165 en lo que va de 2023. Algunos de los funcionarios han acudido a tratamiento psiquiátrico y otro más ha estado internado en varias ocasiones en una clínica por cuenta del terror que dice que le produce Mejía Aguado.
En todo caso, esta no es la primera vez que Mejía Aguado trabaja para Gustavo Petro. En 2015 fue designada por el entonces alcalde de Bogotá en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA), uno de los centros culturales más importantes de la capital. Su nombramiento causó malestar por su nula experiencia en el sector cultural.
“En ese entonces, en los pasillos del Palacio Liévano, ya se hablaba en voz baja de la estrecha relación que existía entre Mejía Aguado y la familia Petro; en especial, de la que ella tenía con la primera dama, Verónica Alcocer”, relató el medio.
La gerente también trabajó como asesora del exalcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, hoy ministro de Salud, y fue candidata al Concejo de Bogotá en 2019 por la Colombia Humana. En ese entonces se reconoció por defender la candidatura de Hollman Morris.
La mujer también salió salpicada en las declaraciones que entregó Nicolás Petro a la Fiscalía. En el testimonio, el hijo mayor del presidente señala a Mejía Aguado como el supuesto puente del empresario Christian Daes y la primera dama Verónica Alcocer, para entregar entre cincuenta y cien millones de pesos.
Mejía Aguado es además señalada de convertir la entidad en una bodega que defiende el proyecto político de Gustavo Petro. Los denunciantes aseguraron que al interior han sido calificados como defensores o críticos del Pacto Histórico. La mujer también habría sacado a gestores culturales que llevaban años en la entidad para darles paso a funcionarios con poca o nula experiencia en el sector.