Luego de iniciarse los seis meses de cese al fuego bilateral con cinco grupos armados ilegales del país –anunciado por el presidente Gustavo Petro–, la Conferencia Episcopal de Colombia apoyó esta decisión.
En un pronunciamiento oficial, la Conferencia señaló que la noticia “nos alienta a seguir caminando y acompañando todos los esfuerzos posibles y necesarios para avanzar hacia una paz duradera”.
Así mismo, señaló que esta decisión tomada por el Gobierno nacional “es el comienzo de una vida nueva” para los que viven en territorios con presencia de estos grupos ilegales.
“Confiamos en que la respuesta positiva de los grupos armados a este compromiso redundará en una drástica reducción de la violencia y el sufrimiento de las comunidades afectadas por el conflicto y la violencia”, se lee en el pronunciamiento.
El comunicado firmado por los arzobispos de Bogotá, Luis José Rueda, y de Popayán, Omar Alberto Sánchez, así como el obispo auxiliar de la capital, Luis Manuel Alí, señaló que reafirmaron su “compromiso de acompañar todos los esfuerzos orientados a poner fin a los conflictos y violencias en Colombia que siguen generando víctimas y pobreza”.
“Colombia debe resolver el conflicto social para poder resolver de raíz el conflicto armado. El cese al fuego progresivo es fundamental para la paz integral que necesita el país”, agregaron.
El Gobierno nacional expresó que el tiempo que durará el cese al fuego bilateral –que será entre el 1 de enero y el 30 de junio– podrá extenderse, dependiendo de los avances en las negociaciones con estos grupos armados: Ejército de Liberación Nacional, la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y las Autodefensas de la Sierra Nevada.