La empresa que contrató la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD, para la polémica compra de los carrotanques de La Guajira sigue despertando dudas. Esta vez, se confirmó que la dirección oficial que entregó la compañía es en realidad una casa abandonada y deshabitada en la que nunca ha funcionado ninguna empresa comercial.
Así lo confirmó Caracol Radio Cúcuta tras visitar la dirección que puso la compañía en todos los documentos públicos y encontrar que dicha casa está “abandonada” hace más de un año, como dijeron los vecinos, y sin ninguna muestra de que allí hubiera funcionado Impoamericana Roger o cualquier otra compañía.
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Se trata de una casa grande con fachada amarilla y puerta blanca cuya apariencia se ve descuidada y sin trabajos de mano de obra reciente.
Según Caracol, el propietario oficial de la vivienda es Carlos Julio Mejía Téllez, un hombre que no tiene ninguna relación con la empresa ni con el representante legal, Roger Alexander Pastas.
De hecho, ese mismo nombre de Pastas ha levantado suspicacias porque se trata de un joven de apenas 26 años de edad que estudia veterinaria.
¿Qué hace una persona tan joven y sin experiencia en ese sector negociando contratos de miles de millones de pesos con el Estado?, esa es una pregunta que aún no logran responder.
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Como es bien sabido, el contrato para la compra de 40 carrotanques fue por 46.800 millones de pesos, lo que significa que cada vehículo costó $1.170 millones.
Sin embargo, esa cifra representaría altos sobrecostos pues, como revelaron otras investigaciones periodísticas, Impoamericana Rogers pagó en realidad 664 millones de pesos por cada uno, lo que significa que la Unidad de Gestión del Riesgo avaló un sobrecosto de $20.224 millones por los 40 carrotanques.
El contrato también ha estado rodeado de cuestionamientos porque los 40 carrotanques terminaron parqueados y sin funcionar varias semanas en un gran lote de La Guajira. Sumado a eso, algunos de los que empezaron a funcionar presentaron problemas logísticos como que eran demasiado pesados para el terreno y, por ende, terminaron hundiéndose en la arena de las rancherías, lo que impidió llevar los litros de agua a donde los necesitaban.
Por ahora, se cree que el director de la UNGR, Olemdo López, sí terminará saliendo de su cargo como consecuencia de este escándalo, aunque el Gobierno lo ratificó ayer en su puesto.
Por todas estas irregularidades, tanto la Contraloría como la Fiscalía General de la Nación abrieron indagaciones para determinar si hubo presuntos hechos de corrupción o favorecimientos al contratista.