El abogado constitucionalista y exdecano de la facultad de Derecho de la Universidad del Rosario, Juan Manuel Charry, opinó este martes que la pregunta planteada por el Gobierno para el plebiscito tiene cierto sesgo y una tiene tendencia a ubicarse en el esquema de votar por la paz.
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¿Apoya usted el Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?, es la pregunta que tendrán que responder los colombianos el próximo 2 de octubre cuando voten el plebiscito.
“A mí me parece que la pregunta del plebiscito está en una zona gris en relación con lo que consideró la Corte Constitucional en materia de imparcialidad y objetividad, frente a los electores. Y digo que está en una zona gris porque invoca una paz estable y duradera en el esquema de votar por la paz y en contra de la guerra, que es un esquema equivocado. Pero tiene como justificación que de alguna medida es el nombre del acuerdo”, resaltó Charry.
El abogado señaló que este esquema guerra- paz es sesgado, simplista, polarizante, excluyente y descalifica de entrada a los que tienen críticas al acuerdo. Agregó que el propio nombre del acuerdo tiene ese mismo sesgo que hace que no sea imparcial.
“Yo veo que el Gobierno de alguna forma hace proselitismo por su posición. No alcanza uno a censurar la pregunta plenamente porque invoca el título del acuerdo. Pero el título del acuerdo tiene ese sesgo. Me parece que no contribuye a que el mecanismo de participación sea transparente, imparcial y objetivo. Y que el elector pueda votar con tranquilidad una u otra posición, porque hay una descalificación implícita en que es guerrerista si se vota No. Si la pregunta tuviera las características de imparcialidad y de no cerrarle espacio al No, se hubiera podido construir de otra forma. ¿Apoya usted el acuerdo que alcanzó el Gobierno con el grupo de las Farc?, sin invocar el título del acuerdo”, opinó.
Sobre el debate que se generó en la Corte Constitucional sobre la opción de formular una pregunta que representara todo el bloque de los acuerdos, o varias preguntas para cada uno de los puntos acordados, el jurista concluyó que votar la integralidad del acuerdo con el Sí o el No es la mejor opción.
“Yo celebro de que haya mecanismo de participación y no critico que sea un Sí y un No a la integralidad, porque la regla del juego de la negociación también fue integral: ‘Nada está acordado, hasta que todo esté acordado’. Lo otro implicaría romper la integralidad y podría llevar a absurdos, a que se aceptara una parte y la otra no. Y con ello quedarán cosas en contradicción o cosas que no se pudieran ejecutar plenamente”, explicó.
Por último, el abogado se refirió a una declaración hecha por el presidente Juan Manuel Santos en una entrevista publicada por El Espectador en la que le preguntaban si le preocupaba que la persona que lo sucediera en el poder no estuviera comprometido con la paz. A lo que Santos respondió:
“No, porque con el plebiscito los colombianos se apropiarán de la paz. El triunfo del Sí será un mandato ciudadano para los próximos gobiernos. El plebiscito dará la legitimidad política que se necesita”, dijo en esa entrevista.
Para el abogado aunque el “plebiscito tiene un alto componente político” podría llegar al poder otro Gobierno, que al ser elegido con un programa de revisión del acuerdo, cambiara lo ya acordado en La Habana.
“El plebiscito tiene un alto componente político en el sentido de que es el respaldo, si se votara por el Sí, a una política gubernamental: en este caso la política de paz y al acuerdo que alcanzó el Gobierno con las Farc. Pero ese acuerdo, que generaría un hecho político equivalente a una elección, necesitaría una implementación jurídica, que se hace en todos los niveles del orden jurídico: nivel constitucional, legal, reglamentario, presupuestal”, resaltó.
Y agregó: “la elección presidencial tiene un componente plebiscitario, en el sentido que se respalda un candidato cuando se elige. Si un candidato es elegido con un programa de Gobierno de revisión a las medidas adoptadas para la implementación del acuerdo de paz, sería legítimo que hiciera esa revisión y esos cambios. Incluso si la coyuntura política llevara a que se desconfiara, o se considera que las Farc no han cumplido con el acuerdo, el pueblo colombiano podría elegir un gobernante que rompiera el acuerdo”, concluyó diciendo Charry.