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Las dos caras del acuerdo

El presidente Juan Manuel Santos depositó gran parte de su capital político en sacar adelante el Acuerdo con la guerrilla de “Timochenko”.

  • FOTO AFP
    FOTO AFP
27 de septiembre de 2016
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El apretón de manos del 23 de septiembre de 2015, en La Habana (Cuba), entre el presidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño ‘alias Timochenko’ fue interpretado como la señal de que ya no había marcha atrás en la negociación. Ese día fue presentado el acuerdo preliminar sobre justicia transicional, que creó la Jurisdicción Especial para la Paz y estableció los mecanismos de juzgamiento y las penas para guerrilleros.

El 23 de junio de este año se repitió la escena, para recibir el acuerdo sobre la finalización del conflicto y ayer una vez más se miraron a los ojos para firmar el Acuerdo Final. ¿Por qué tuvieron la voluntad política de negociar?

EL PRESIDENTE SANTOS CAMBIÓ DE ESTRATEGIA EN LA LUCHA CONTRA LAS FARC, Y LA GUERRILLA A SU VEZ SE TORNÓ MÁS POLÍTICA QUE MILITAR

En su discurso de posesión como presidente de la continuidad, en agosto de 2010, Juan Manuel Santos dijo que mantendría el legado del expresidente Álvaro Uribe, pero que la llave de la paz no había sido arrojada al mar.

“Avanzaremos desde la Seguridad Democrática a la Prosperidad Democrática, porque si este país en estos dos siglos ha alcanzado tantos logros de desarrollo, en medio del asedio de los violentos, ya verá el mundo de lo que somos capaces los colombianos cuando consolidemos la paz”.

Desde el inicio, Santos, el mismo que ejerció el periodismo y luego fue ministro de los gobiernos de César Gaviria y Andrés Pastrana, dejó claro que estaba “abierto” a dialogar con las Farc, pero si antes renunciaban a las armas, el secuestro y al narcotráfico.

Su discurso fue interpretado como una respuesta a la carta pública en la que, días antes de su posesión, “Alfonso Cano”, máximo jefe de la guerrilla en ese momento, le propuso “conversar” para superar la “terrible situación” de medio siglo de conflicto.

Santos, ministro de Defensa de Uribe, entre 2006 y 2009, y coprotagonista de los golpes militares más fuertes a las Farc en su historia, mes y medio después de posesionado anunció en la Asamblea General de la ONU, la muerte del “Mono Jojoy”.

En noviembre de 2011, como muestra de la continuidad de la política de persecución, Santos también anunció la muerte de “Cano”, máximo líder de las Farc y con quien el Gobierno exploraba una posible salida negociada.

En agosto de 2012 Santos anunció el inició público del diálogo entre el Gobierno y las Farc, con sede en La Habana. Ya en lo político se había distanciado del expresidente Uribe, incluso, este se le anticipó con la noticia y desde ese momento arreció su crítica.

¿Por qué el presidente Santos desistió de continuar con la arremetida militar y por qué las Farc de nuevo confían en el Gobierno?

Según Sandra Borda, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Jorge Tadeo, lo que llevó a la mesa de negociación, tanto al Gobierno como a las Farc, fue el éxito de la Seguridad Democrática, que demostró asimetría militar.

“Las Farc fueron arrinconadas y se vieron en la obligación de sentarse a negociar. El Gobierno identificó una oportunidad de terminar con el conflicto por la vía negociada en la medida en que tantos años de inversión militar tampoco pudieron acabarlos”, agregó Borda.

Para Carlos Medina, del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz, de la Universidad Nacional, Santos, como conocedor de los avances de la política de Seguridad Democrática, entendió que la correlación de fuerzas llegó a su punto máximo y que en adelante las posibilidades de alcanzar algún tipo de victoria adicional manteniendo esa guerra era imposible, y por lo tanto tenía que consolidar, en el escenario político, la victoria militar que estaba logrando.

“Es una decisión política, que solo la pudo haber tomado alguien que conoce la guerra y que sabe que para poderla terminar, en su condición de guerra irregular, se hace en un escenario de negociación política, en el que el adversario encuentra un tipo de garantías y decide desprenderse de las armas. El presidente detectó el punto de inflexión en el que la guerra se convierte en un escenario político”.

Medina agregó que otro punto que jugó a favor fueron las bajas de los “marquetalianos”, que creían en la toma del poder por la vía armada. Se generó un relevo y pasó al mando la generación más política, de la juventud comunista de los 70 y 80, donde se formó ‘Timochenko’.

TIMOLEÓN JIMÉNEZ Y SU APUESTA POR LA POLÍTICA

Sobre los jefes de las Farc, con alias “Timochenko” se ciernen mitos sobre algunos aspectos de su vida, en parte debido a su clandestinidad y a que no existen biografías oficiales, o algo por el estilo.

Según Carlos Lozano, autor de varios textos sobre historia de las Farc, en el proceso de La Habana conversó con “Timoleón” y este le contó que nunca fue a Rusia, y que tampoco estudió medicina. Su nombre de guerra fue inspirado en un general del Ejército Soviético y se lo puso “Martín Villa”, uno de los “marquetalianos”.

“Ingresó a las Farc de 17 años, cuando apenas terminaba su bachillerato. Vivía en la Tebaida y esa década del 70 estaba de moda el auge guerrillero en América Latina. Era algo seductor para la juventud. Hizo un paso rápido por la Juventud Comunista (Juco)”.

Lozano agregó que su primer trabajo fue ayudar a los equipos de primeros auxilios que había en la guerrilla. Luego fue ayudante del Secretariado, en el páramo de Sumapaz, y tuvo misiones de apoyo a la contrainteligencia. Leyó mucho gracias a su cercanía con “Jacobo Arenas”.

En 1986, de 27 años, recibió la comandancia del Frente 16. Ese mismo año ingresó al Secretariado de las Farc.

Para Germán Valencia, del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, con la muerte de “Tirofijo” en 2008, la idea de lograr el poder a través del armas perdió fuerza y su sucesor, “Alfonso Cano”, decidió negociar. Agregó que ‘Timochenko’ nunca fue de los más radicales o violento, como el “Mono Jojoy” o el “Negro Acacio”.

“Es un hombre inteligente. Conducir a las Farc a la paz no era cualquier cosa. Fue la herencia que recibió de ‘Alfonso Cano’, quien inició los acercamientos con el Gobierno de Juan Manuel Santos, pero fue asesinado en 2011. Afortunadamente eso no dañó el proceso”, precisó Lozano. .

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