En la que él mismo anunció como la alocución más importante de su mandato, el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, anunció con gran satisfacción el fin de las conversaciones y el cierre definitivo del acuerdo de paz con las Farc, que dejan atrás 52 años de conflicto interno en el país.
El Primer Mandatario explicó que gracias a las delegaciones en la mesa de conversaciones en La Habana, se acordaron los últimos temas pendientes: la participación en política de los jefes de la guerrilla, la forma como se hará la desmovilización de los mismos, y el indulto, que estuvo en el centro del análisis de los últimos días.
Lo que determinó el cierre de las negociaciones y la construcción de un texto definitivo del acuerdo final para la terminación del conflicto, “un acuerdo que responde a todas las dimensiones del conflicto y, por eso –precisamente por eso–, nos permite cerrar el capítulo de la guerra con las Farc y empezar a escribir el nuevo capítulo de la paz”, indicó.
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Así mismo, el Presidente reveló que el plebiscito por la paz se llevará a cabo el domingo 2 de octubre, para lo cual, este jueves se enviará al Congreso el texto definitivo del acuerdo final y se informará la decisión de convocar el plebiscito para su refrendación.
“Terminada la negociación y concluido el acuerdo, queda en manos de ustedes –de todos los colombianos– decidir con su voto si apoyan este acuerdo histórico que pone fin a este largo conflicto entre hijos de una misma nación.(...) Les prometí que ustedes tendrían la última palabra y así será”, dijo.
Santos indicó que desde mañana será publicado en los sitios web y en las redes sociales de las entidades públicas y en los medios de comunicación, el texto del acuerdo final para que todos los colombianos puedan conocerlo y a la hora de votar en el plebiscito, tengan la información, el criterio y los elementos suficientes para decidir.
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En la alocución, el Presidente también recordó los cinco puntos que se discutieron durante 44 meses de negociación en La Habana: tierras y desarrollo rural, participación política, cultivos ilícitos, víctimas y fin del conflicto, así como en el adicional sobre el mecanismo de implementación, verificación y refrendación.
“Desde el inicio del proceso de paz les dije que el proceso estaba regido por un principio: Nada está acordado hasta que todo esté acordado, pues bien: el día ha llegado. Hoy podemos decir –por fin– que todo está acordado”.
Santos fue enfático en decir que el texto definitivo del acuerdo final es inmodificable.
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En el discurso también hubo tiempo para agradecer a todos los expresidentes que buscaron la paz para el país: Belisario Betancur, Virgilio Barco, César Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, “Esta paz pertenece también a mis antecesores. Todos la buscaron y abonaron el terreno para este gran logro”.
Luego agradeció al equipo negociador en La Habana, encabezado por Humberto De La Calle; el Alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo; y a Frank Pearl, “plenipotenciarios durante todo el proceso”. Así mismo, igualmente a los personajes que tuvieron participación en la Mesa en diversas etapas de la negociación, como el ministro de defensa Luis Carlos Villegas, la vicefiscal María Paulina Riveros, Nigeria Rentería, la canciller María Ángela Holguín, el empresario Gonzalo Restrepo y el senador Roy Barreras.
También se reconoció el trabajo de los negociadores alternos, el ministro Juan Fernando Cristo y el alto consejero para el posconflicto, Rafael Pardo; de juristas, altos mandos del Ejército y la Policía; a los países garantes y acompañantes –Cuba, Noruega, Venezuela y Chile–, Estados Unidos y la Unión Europea, a diversos facilitadores y a todos los colombianos, quienes ahora tendrán la misión de aprobar el acuerdo.
“Hoy puedo decirles –desde el fondo de mi corazón– que cumplí con el mandato que me dieron. Hoy les presento este acuerdo que nos permite la paz; les entrego esta oportunidad con la tranquilidad de haber llegado a ella con responsabilidad y sin traspasar las condiciones que establecí desde un principio.
(...) Logramos un acuerdo que –por donde se mire– es infinitamente mejor que continuar la guerra que rompió familias, azotó regiones y nos hizo sufrir un horror que nuestros hijos conocerán –por fortuna– sólo en los libros de historia”.