Con una marcha multitudinaria, Caucasia celebró ayer los acuerdos con la guerrilla y aunque los habitantes admitieron que la violencia de las Farc no se sintió tanto en su localidad, el conflicto sí ha dejado muchas víctimas.
“Yo digo sí, porque en el municipio los del sí no nos hicieron daño, los del no sí, mi hermano, de 95 años, quedó lisiado porque ellos pusieron una bomba y él cayó ahí”, relató Mariela Argumedo, de 65.
A las 3:15 p.m., arrancó una marcha desde el estadio, encabezada por el alcalde, Óscar Suárez, quien se la jugó por el sí, “porque es la gran oportunidad para el país”.
“En este país las únicas armas no son las de la guerrilla, sino las de muchos grupos al margen de la ley, ellos pueden también tomar este camino para que la paz llegue a nuestros pueblos, esos grupos sí le han hecho mucho mal a nuestro pueblo caucasiano”, dijo el mandatario, que caminó junto a más de tres mil personas con todo su gabinete y el Concejo en pleno.
Al ritmo de canciones de paz, pero también de rumba, marcharon campesinos, adultos mayores, jóvenes y niños, que creen que la paz es el futuro: “La paz nos dará nuevas alternativas de vida”, expresó Camila López, de doce años.
La firma coincidió con la semana de la cultura y la convivencia y el espacio aprovechado para motivar a darle la oportunidad al sí. “No creo mucho en el acuerdo, porque siempre habrá violencia y la mitad de las Farc se quedó en el monte”, señaló Mariana Palacios, que no marchó.
Nilo Palomino Castro, en silla de ruedas, se unió a la fiesta porque fue víctima de la guerra: “a mi hermano Albeiro lo desaparecieron las autodefensas hace siete años, solo porque era árbitro y expulsó a un jugador en un partido”.
A las 4:50 p.m. terminó la marcha. En Caucasia se abrió la esperanza. La firma de la paz se vivió como una fiesta.