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Una socavación de la vía férrea del sistema metro, entre las estaciones Tricentenario y Caribe, obligó a suspender el servicio ayer desde las 4:30 a.m., lo que generó caos en el norte del Aburrá. Aglomeraciones y trancones fueron parte del paisaje todo el día por la falla en los rieles, cuya reparación no tenía un cronograma definido al cierre de esta edición.
Durante la inspección rutinaria a las vías del tren realizada durante la madrugada, personal de mantenimiento de la empresa detectó una socavación en la vía, generada por el colapso de la cobertura de la quebrada La Cantera. Ante la gravedad del asunto se determinó que, por razones de seguridad, el metro no podía circular entre Niquía y Caribe, lo que aisló a todo el norte.
Según los cálculos de las autoridades, el hecho perjudicó a más de 260.000 personas, quienes se vieron a gatas para conseguir otro medio de transporte que, en plena hora pico, los pudiera llevar a tiempo a sus trabajos. Incluso algunos se demoraron dos horas para llegar a sus destinos, según testimonios conocidos por este diario al visitar la zona.
Activaron plan de movilidad
Con el pasar de las horas se fueron brindando soluciones de movilidad al tema, una de ellas fue la habilitación del plan de continuidad del transporte en el norte del Valle del Aburrá.
Con este, los usuarios que viajan desde Barbosa, Girardota y Copacabana pudieron continuar su viaje a Medellín hasta las estaciones Universidad y Prado donde pudieron abordar el sistema.
Mientras que los pasajeros provenientes de Bello debieron tomar las rutas de Bellanita de Transporte y Hato Viejo, los pasajeros que viajaban desde Acevedo y Tricentenario abordaron las rutas alimentadoras hasta la estación Universidad.
Además, la alcaldesa encargada Andree Uribe anunció la suspensión del pico y placa para motocicletas en Medellín y el Área Metropolitana desde hoy como medida conjunta que busca facilitar el transporte en el norte.
Al cierre de esta edición, el servicio operaba entre Niquía y Tricentenario con un intervalo entre trenes de 10 minutos, y con normalidad entre Caribe y La Estrella.
Nada concreto aún
Tras activar el plan de contingencia de transporte, las autoridades centraron sus esfuerzos en conocer a fondo la magnitud del problema.
Se desplegaron drones de última tecnología para realizar un monitoreo constante y hacer comparativos continuos de las modificaciones en la vía férrea. Y desde el subsuelo los técnicos de EPM se dedicaron a analizar la socavación y a inspeccionar el resto de la cobertura asfáltica de la quebrada La Cantera.
Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no se había llegado a conclusiones concretas del problema y tampoco se conocía cuánto tiempo demoraría su solución.
Una de las pocas certezas es que en este nuevo incidente no se puede replicar la solución realizada en la última contingencia de 2021 entre Madera y Acevedo. Aquella vez, se había logrado construir una variante de vía férrea de 70 metros en el costado oriental, lo que permitió restablecer el servicio en toda la línea. Pero esta vez no se puede proceder de igual manera, pues el daño se ubica en el costado occidental, colindante con la autopista.
Mientras se resuelve la afectación, la estación Caribe funcionará como una estación terminal. Debido a esto, los usuarios que ingresen deberán hacerlo por el costado norte, mientras que los que salgan lo harán por el lado sur.
¿Qué hacer con el río?
Aunque esta socavación se originó por cuenta de la quebrada La Cantera, la emergencia volvió a poner sobre la mesa la necesidad de mejorar el monitoreo y el mantenimiento del terreno contiguo a la vía del metro, tal como ha sido discutido durante los últimos años.
Esta quebrada, por ejemplo, nunca había sido incluida en los puntos críticos identificados por las autoridades.
“Esta falla no se había detectado en las intervenciones realizadas por la Universidad Nacional”, señaló Tomás Elejalde Escobar, gerente del Metro, explicando por qué la situación no logró anticiparse en aquel punto de la vía.
Y es que pese a extenderse por más de 100 kilómetros y atravesar la jurisdicción de los 10 municipios del área metropolitana, definir a quién corresponde vigilar el río Medellín y sus afluentes se ha convertido en uno de los principales dolores de cabeza del Metro, que en repetidas ocasiones ha asegurado no tener los recursos suficientes para encargarse de ello, tal como fue reiterado recientemente.
“Hay problemas que no están en la margen del metro y no los podemos atender, pero rebotan entre ambas márgenes y pueden afectar al metro. Se debe hacer un frente común”, planteó el gerente del Metro en diálogo con EL COLOMBIANO el pasado 28 de abril.
Según explicó el funcionario en aquel momento, el sistema tiene principalmente dos puntos críticos. El primero, cerca a la estación Acevedo, y el segundo cerca a la estación Industriales.
No obstante, tal como quedó documentado en un estudio contratado por el Metro con la Universidad Nacional en 2014, fueron identificados cerca de 84 puntos.
Ese estudio fue contratado luego de que un desprendimiento de la margen izquierda del río dejara sin servicio a un importante tramo de la Línea A, entre las estaciones La Estrella y Ayurá.
Tras la publicación de ese diagnóstico, se firmó una alianza entre el Área Metropolitana, Corantioquia, Cornare, la Gobernación de Antioquia y los diez municipios del Valle del Aburrá para resolver el problema.
Sin embargo, la competencia sobre a quién corresponde monitorear el río continúa siendo difusa; una situación que se agrava ante el recrudecimiento de la ola invernal, que esta semana derivó en una alerta roja emitida por el Ideam, por los altos niveles a los que está llegando el caudal del río.
A raíz de esa alarma, el director del Área Metropolitana, Juan David Palacio, precisó que el pasado miércoles 15 de junio se realizó una reunión con los alcaldes del Valle de Aburrá buscando coordinar un protocolo para monitorear.
Según explicó el funcionario, pese a la urgencia de atender a tiempo las socavaciones que pueda ocasionar el río, la región no tendría los recursos suficientes para hacerlo, por lo que se elevaría ante la Nación una solicitud en la búsqueda de apoyo presupuestal.
Hasta el cierre de esta edición, el Metro aún no precisaba cuánto tiempo tardará en realizar las reparaciones para restablecer la normalidad en la Línea A, mientras miles de usuarios soportaban el caos para regresar a sus hogares.