El sonido de los voladores despertó en la noche del pasado viernes a los pocos habitantes que aún quedan en los apartamentos de la carrera Cúcuta (54), entre calles 55 y 57, en el Centro de Medellín. De la nada, cuentan, un corrillo de habitantes de calle se formó alrededor de una torta y empezaron a cantar el cumpleaños.
“Pensamos que era alguna fiesta, pero estaban celebrando que llevan un año aquí y los escuchamos gritar que ojalá fueran muchos más”, cuenta Alba, una de las vecinas. Todos los habitantes de la zona le contaron historias parecidas a EL COLOMBIANO, pero pidieron mantener sus identidades en reserva por temor a los jíbaros que tienen el control territorial.
El 30 de agosto de 2018 los vendedores de droga y sus clientes —en su mayoría habitantes de calle— fueron desalojados del sector conocido como “el Bronx”, sobre la avenida De Greiff, en un operativo en el que participaron 800 efectivos de la Policía y funcionarios de la Alcaldía. Ese día, 34 inmuebles fueron sometidos a extinción de dominio.
Unas semanas después, los habitantes de calle se asentaron en Cúcuta y la basura, malos olores, peleas y hasta homicidios empezaron a aparecer. Por eso 29 vecinos se unieron y presentaron una acción popular en la que piden que se respeten sus derechos a un ambiente sano, al libre tránsito y al trabajo.
El abogado Antonio Sánchez, representante de los ciudadanos, explicó que la acción se presentó el pasado 22 abril y fue admitida el mismo día. Y el pasado 16 de mayo, el juzgado 34 Administrativo Oral falló a su favor pero la Alcaldía impugnó la decisión.
“Sentimos que le están sacando el cuerpo al problema. Hemos avisado al ICBF porque entre los consumidores vemos niños, hemos buscado a la Fiscalía y a la Policía y la respuesta siempre es la misma: que tenemos que denunciar con nombres y pruebas. Pero estamos hablando de personas que viven aquí y de mafias. Es muy difícil”, dijo.