Los problemas son variados: rincones y trayectos oscuros, mal iluminados, rutas de buses que tardan más de 20 minutos en aparecer y hasta vías rápidas de alto tráfico vehicular que los peatones tienen miedo de cruzar. A algunos estudiantes universitarios de Medellín el viaje hasta el campus se les convierte en un martirio porque las sedes de sus instituciones están desconectadas del sistema de transporte público.
Para Manuela Duque, estudiante de Ingeniería Eléctrica del Pascual Bravo, el lío es mayor si se tiene en cuenta que en esta institución universitaria las jornadas académicas, para muchos, suelen ser nocturnas. Toca caminar largas distancias desde el campus hasta los paraderos o estaciones del metro, dice, en una zona que es insegura y en la que son usuales los atracos.
Por eso, a mediados de 2018 y tras el caso de agresión sexual a una estudiante de la Universidad Nacional de Medellín en las inmediaciones del campus, las instituciones educativas de educación superior del noroccidente de la ciudad (Robledo y El Volador) se aliaron para promover la creación una nueva ruta de transporte público que permitiera atacar el problema de desconexión de sus sedes.
El proyecto, en cabeza de la Universidad Nacional, agrupó a instituciones como la Universidad de Antioquia, el Instituto Tecnológico Metropolitano, el Pascual Bravo, el Colegio Mayor de Antioquia y la Universidad Luis Amigó.
Del papel a las calles
Juan Camilo Restrepo, vicerrector de la Universidad Nacional en Medellín, explica que la premisa es que el aislamiento de estos campus del sistema de transporte masivo aumenta los riesgos de agresiones a la comunidad universitaria. Y agrega, además, que en esta zona educativa, según el reporte de las autoridades, el año pasado se presentaron 1,1 robos por día.
Para el caso de la Unalmed, una población de 12.500 estudiantes, los transeúntes que llegan desde la estación Suramericana del metro deben cruzar por La Iguaná y Punto Cero, puntos críticos y focos de inseguridad.
Por eso la estrategia plantea, con el apoyo de las autoridades locales, trazar una ruta de buses —la Ruta U — que instale nuevos paraderos y haga un circuito entre todos estos campus universitarios, la calle Colombia, la avenida 80, el metro e, incluso, llegue hasta el Parque Explora, el Jardín Botánico y Ruta N.
Según el vicerrector Restrepo, los cálculos preliminares muestran que esta ruta beneficiaría a cerca de 280.000 personas, incluyendo no solo a estudiantes sino a las comunidades vecinas de sectores como Robledo.
Pero su implementación en el plano real ha sido lo más difícil. Liliana Restrepo Villa vicerrectora administrativa del Pascual Bravo, indicó que hace unas semanas tuvieron una reunión con la comisión accidental del Concejo, liderada por la concejal María Paulina Aguinaga, en la que participaron las instituciones, el Área Metropolitana y autoridades locales.
Allí se les pidió a las universidades que hicieran un estudio de cuáles eran los orígenes y destinos de sus estudiantes para identificar la viabilidad de la ruta. Y, según Restrepo, estos datos deben entregarlos en mayo.
El vicerrector de la Universidad Nacional enfatizó en que en agosto llegarían los nuevos buses eléctricos de la Alcaldía de Medellín y “esperamos que, cuando definan en dónde van a funcionar estos buses, tengan en cuenta el llamado que estamos haciendo desde hace un año”.
Utilizar las ciclorrutas
Por su parte, la Secretaría de Movilidad de Medellín explicó que, junto con el Área Metropolitana, el Metro y el Metroplús, se realizó un análisis preliminar para la implementación de un servicio ligado al SITVA, que permitiera conectar el sector universitario de Robledo con el resto del sistema. En estos análisis, precisó Movilidad, se tuvieron en cuenta alternativas como la propuesta de la Universidad Nacional.
La dependencia agregó que Metroplús está realizando la estructuración de la operación de los buses eléctricos por la avenida 80 y que con la puesta en marcha de este servicio se conectará a estas instituciones con el sistema de transporte masivo.
Finalmente, la secretaría ratificó la importancia de las estaciones de bicicletas públicas y ciclorrutas para atender estas necesidades
Sin embargo para el vicerrector Restrepo la solución debe ser de mayor escala, más allá de las rutas de cicloinfraestructura. Y agrega, por ejemplo, que en la Unalmed hay tres estaciones de EnCicla, pero que estas solo impactan al 8% de la comunidad universitaria y que solo el 20% cuenta con otros métodos de desplazamiento como carros y motocicletas. “Y entonces, concluyó, “¿qué pasa con el otro 72%?” .
280
mil personas se beneficiarían de esta ruta de transporte, según la Unalmed.