Seguramente ha sentido que en los últimos días hace más calor de lo normal y que, a pesar de ser mayo un mes de lluvias, pocas han sido las precipitaciones que han caído sobre los municipios del Valle de Aburrá.
El pasado domingo, por ejemplo, en Medellín se registraron temperaturas máximas de hasta 31 grados centígrados. Más alto incluso que en zonas de tierra caliente como el corregimiento de Doradal, en la subregión del Magdalena Medio, donde el termómetro marcó 30 grados.
Oscar José Mesa Sánchez, docente titular del Departamento de Geociencias y Medio Ambiente de la Universidad Nacional, explicó que estamos experimentando un fenómeno débil de El Niño.
“En abril no nos afectó fundamentalmente, tuvimos lluvias en condiciones normales, incluso en algunas zonas más allá de lo normal”, dijo el experto.
Sin embargo, Mesa acotó que para Medellín en particular existe un factor que es la llamada “isla de calor urbana”, que se produce por la cantidad de edificaciones, asfalto y concreto, lo cual se refleja en que tenemos mayores temperaturas internas.
“Si uno hace un estudio sobre lo que eran las temperaturas de Medellín hace 50 o 60 años, vemos que la ciudad se ha calentado algunas décimas de grado o, si mucho, 1 grado. Pero eso se refleja en las temperaturas máximas y por eso al medio día es mayor el calor”, subrayó el académico.
Es normal
Carlos David Hoyos, director del Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá (Siata), afirmó que atravesamos un periodo de inactividad de la temporada de lluvias, que es normal.
“Nosotros, dentro de la temporadas de lluvias podemos tener periodos secos predominantes por varios días seguidos y esto se debe, en este caso en particular, a una entrada de aire seco desde el norte del país”, aclaró.
Además, Hoyos expuso que otros factores como la humedad también han sido altos, lo que causa sensaciones de calor mayores, incluso en la noche. Desde el domingo se han registrado condiciones en Medellín con una humedad de hasta 90 %.
“Esa sensación de que no es el Sol picante de enero o junio, tiene que ver con el efecto de la humedad en el aire. Mientras más humedad más difícil es para nosotros refrescar el cuerpo y por eso tenemos esa sensación de calor”, expresó.
En el país tienen lugar dos temporadas de lluvia en el año: entre los meses de marzo y abril y entre octubre y noviembre. Sin embargo, desde el Siata explican que en casi todas las temporadas de lluvia se presenta una semana con cero precipitación.
Hasta eventos curiosos, como la tradicional borrasca de la Santa Cruz (aguacero asociado al 3 de mayo), no tuvo lugar durante este 2019; hecho que fue casual
De acuerdo al pronóstico del Siata, las condiciones de precipitación pueden retornar ya finalizando esta semana. Desde hoy hay altas probabilidades de lluvia y el jueves serán aún mayores .