Con el inicio de obras el próximo año de todos los ocho megaproyectos viales, de las Autopistas de la Prosperidad, Antioquia y sus regiones entrarían a una gran bonanza de recursos, que dispararía el empleo calificado y no calificado; aumentaría en varios puntos el PIB regional y transformaría no solo las carreteras, sino también a numerosos pueblos que llegarían a alcanzar el nivel de medianas ciudades.
Hoy todos los tramos tienen cierre financiero y cuatro de ellos comenzaron obras: Pacífico 1, Pacífico 2, Pacífico 3 y Mar 1, en el que se iniciaron trabajos en el frente que construirá un túnel paralelo al Fernando Gómez Martínez, del corregimiento San Cristóbal, de Medellín, para empalmar en una doble calzada hasta Santa Fe de Antioquia.
Al respecto, un estudio de la Universidad de Antioquia y la Universidad Pontificia Boli variana, sobre el impacto de las vías, advierte sobre las implicaciones socio-espaciales, económicas e institucionales, de la construcción y puesta en marcha de las nuevas vías, conllevando a una nueva configuración del sistema urbano-regional del país y a mejorar la calidad de vida de la población.
Investigadores de ambos centros académicos expresan en múltiples variables sus previsiones para la etapa de construcción de los proyectos, fase que ya está en marcha y debe durar entre cinco y siete años (ver indicadores e infografía).
A pesar del desarrollo que se espera con la infraestructura vial, se advierte que “el efecto que podrán tener las Autopistas para la Prosperidad en la transformación productiva de la región depende también de las capacidades económicas y empresariales presentes en el territorio departamental, del liderazgo político en las regiones y municipios, así como de la disponibilidad y calidad de los recursos naturales, del capital físico y humano, de los conocimientos y las tecnologías, y de la existencia de instituciones modernizadas y fortalecidas”.
Si la economía antioqueña tiene la capacidad para generar internamente los bienes y servicios que demandan los grandes proyectos, el producto interno bruto en el departamento llegará a crecer a razón del 6 % en promedio cada año, durante la construcción, detallan los expertos. Los 36 municipios que, saliendo del Valle de Aburrá, están en el trazado de las nuevas vías tienen las mayores posibilidades de percibir una mayor porción de la demanda adicional que genera la construcción de las Autopistas.
“Los municipios más favorecidos tenderán a ser los que figuran como centros intermedios (Caucasia, Puerto Berrío) o son atravesados por varios tramos (Maceo, La Pintada, Venecia, Puerto Berrío, Chigorodó)”, concluye el estudio. Sin embargo, los bajos niveles de formación constituyen una de las dificultades tanto para las oportunidades de empleo directo como indirectas. “En este sentido Anzá, Caramanta, Giraldo, Tarso y Valparaíso son los municipios con menores posibilidades de aprovechar las oportunidades”.