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Vuelve y juega: chinos se quedan solos en licitación por Hidroituango, pese a ser oferta más cara y con menos experiencia

Tras más de un año de alertas, y pese a demostrar menos experiencia que sus competidores, Yellow River y Schrader Camargo están a las puertas de recibir la hidroeléctrica.

  • Schrader Camargo aterrizó en Hidroituango desde diciembre de 2022. FOTO Juan Antonio Sánchez
    Schrader Camargo aterrizó en Hidroituango desde diciembre de 2022. FOTO Juan Antonio Sánchez
  • Vuelve y juega: chinos se quedan solos en licitación por Hidroituango, pese a ser oferta más cara y con menos experiencia
  • Vuelve y juega: chinos se quedan solos en licitación por Hidroituango, pese a ser oferta más cara y con menos experiencia
09 de septiembre de 2023
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La licitación para culminar los trabajos en Hidroituango, que costarán 1 billón de pesos y que van de las unidades 5 a la 8, está a punto de quedar en manos de la mismas empresas cuestionadas que fueron desestimadas por EPM en febrero pasado: hablamos del consorcio integrado por las empresas Yellow River, de China, y la colombiana Schrader Camargo.

Y es que otra vez, como en diciembre de 2022 –cuando avanzaba la licitación que luego quedó desierta–, ambas firmas terminaron solas en la puja por el jugoso contrato. Aunque su propuesta fue rechazada cuando se presentó bajo la sombrilla del Consorcio Ituango PC-SC –integrado también por PowerChina–, estas fueron las únicas que pasaron los filtros fijados esta vez por EPM, pese a tener la oferta más cara y acreditar la menor cantidad de experiencia exigida.

En el caso de Schrader Camargo, firma a la que EPM entregó a dedo las obras finales de las unidades de generación 3 y 4 y que en el proceso pasado fue la culpable de arrastrar consigo a sus dos socios chinos por no demostrar experiencia constructiva, esta vez logró pasar los requisitos. Este particular hecho hoy genera dudas y deja en el aire la sospecha de una posible licitación a la medida que buscaría que esta dupla, sí o sí, termine la obra.

Curiosamente, tal como se lee en los anexos técnicos del informe de Análisis y Conclusiones publicado por EPM en su portal de contratación, para cumplir con ello Schrader Camargo invocó dos proyectos problemáticos que ya le habían rechazado en febrero: la construcción de la embajada de Estados Unidos y su participación en la construcción de un complejo industrial para la Cervecería del Valle.

La acreditación de ambas obras no solo resulta llamativa porque las mismas se muestran disímiles a la envergadura y complejidad técnica de Hidroituango, sino por traer nuevamente a flote la seguidilla de modificaciones que EPM le ha aplicado a los requisitos de experiencia desde al año pasado, despertando insistentes suspicacias entre agremiaciones y conocedores del sector constructivo.

¿Cómo es posible que de un listado inicial integrado por 12 firmas de múltiples países haya vuelto a quedarse solo el consorcio más cuestionado?, ¿por qué EPM ha realizado tantos cambios en su proyecto más sensible? Estas son algunas de las preguntas que quedan sobre la mesa.

Más caros y con menos recorrido

Si se revisa la información técnica que sustentó la decisión de EPM, la primera conclusión que salta a la vista es que la oferta presentada por Yellow River y Schrader Camargo estuvo lejos de ser la más barata. Cabe recordar que además del Consorcio CYS (integrado Yellow River y Schrader Camargo), en la puja también participaban la firma Todini Costruzioni Generali, de Italia, y el gigante estatal China Gezhouba Group Company Limited.

De aquel grupo, la oferta más económica fue presentada por Todini Costruzioni Generali, que aseguró ser capaz de terminar la hidroeléctrica con un presupuesto de $917.224 millones; en segundo lugar estuvo la oferta de Gezhouba, con $932.269 millones; y de última quedó la oferta de CYS, que señaló necesitar $1.126.462 millones. Por el lado de la experiencia, la oferta de CYS también fue significativamente inferior en comparación con sus competidores.

Por ejemplo, tan solo en el caso de las obras agrupadas en la categoría de “Actividad 2” (una etiqueta usada por EPM para revisar la experiencia en estructuras en concreto claves para Hidroituango, como captaciones, portales de túneles, canales, vertederos, hidroeléctricas, puentes y estructuras aporticadas), mientras Todini acreditó 1.736.798 metros cúbicos y Gezhouba certificó 1.045.923 metros cúbicos –ambas superando ampliamente los mínimos exigidos–, el consorcio CYS solo acreditó 120.270 metros cúbicos por el lado de Yellow River y 40.075 metros cúbicos por el lado de la colombiana Schrader Camargo.

De igual manera ocurrió en las obras agrupadas en la “Actividad 3” (que comprenden obras de “excavación, soporte y construcción de túneles, pozos o cavernas), en las que Todini acreditó 1.580.338 metros cúbicos; Gezhouba, 2.746.236 metros cúbicos; y CYS únicamente 494.630 metros cúbicos aportados exclusivamente por Yellow River (Schrader Camargo no certificó experiencia en esa actividad).

Ahora bien, si se pone la lupa en la colombiana Schrader Camargo, los informes muestran que EPM esta vez sí le valió ampararse en la construcción de la Embajada de Estados Unidos (levantada entre 1993 y 1995) y un complejo de la Cervecería del Valle (levantado entre 2006 y 2008). Estas dos obras fueron las más problemáticas en la licitación que se declaró desierta en marzo pasado, en medio de alertas de la Procuraduría.

En aquel entonces, según quedó plasmado en el informe con el que EPM rechazó la oferta, Schrader no había logrado demostrar que en esos dos proyectos tuvieran que ver las obras exigidas para Hidroituango. “(...) el certificado aportado por el oferente no especifica ni discrimina concretos relacionados con la actividad 2 de la tabla de experiencia. De acuerdo con lo anterior, con la información entregada no se puede acreditar volumen de concreto”, le dijo EPM a Schrader sobre las obras de la Cervecería del Valle, en un informe en el que tampoco le aceptó acreditar la Embajada de Estados Unidos.

En aquella fallida licitación, de un total de cinco obras presentadas, Schrader solamente citó su participación en dos proyectos hidroeléctricos, en los que ni siquiera fue el constructor principal.

Volviendo a la más reciente evaluación, y aprovechándose de unas nuevas reglas de juego adoptadas por EPM tras la fallida licitación de marzo, Schrader solamente cumplió con los mínimos demandados para la Actividad 2 (40.075 metros cúbicos de 31.000 metros cúbicos exigidos), y el resto de la experiencia la aportó su socio chino Yellow River, que nunca tuvo problemas con ese requisito.

Pese a sus desventajas competitivas, al final del día la tabla de salvación para el consorcio CYS vino por cuenta de otras condiciones en las que se rajaron sus competidores. Según determinó EPM, mientras Todoni no cumplió con una garantía de seriedad, Gezhouba se rajó también en ese punto y en su componente de aseguramiento, dejando entonces a CYS como el único elegible.

El ajustado margen de experiencia con el que pasó Schrader Camargo vuelve a traer a colación las movidas que ha realizado EPM con el proyecto desde que esa firma apareció en el radar.

Hace precisamente un año, una de las movidas más sensibles consistió en una modificación de los pliegos de la fallida licitación a la que EPM accedió luego de un cruce de comunicaciones con la firma Yellow River, en la que esa empresa le pedía cambiar sus condiciones de experiencia para los socios nacionales. Tal como lo alertó entonces este diario, haciendo caso a ese pedido, EPM pasó de exigirle a los socios locales 94.500 metros cúbicos en estructuras como túneles, canales, vertederos o puentes (desde entonces clasificados bajo la sombrilla de “Actividad 2”), a solamente 28.350 metros cúbicos.

Asimismo, en un cambio que encaja con el actual panorama, EPM permitió incluir en dicha “Actividad 2” la construcción de “estructuras aporticadas”, una denominación que se mantuvo en las condiciones de la licitación nueva y que explicaría por qué una embajada y un complejo industrial sirven de carta de presentación para una hidroeléctrica.

Además de esas modificaciones, tan solo dos meses después, EPM decidió entregar de forma directa la culminación de las obras civiles de las unidades de generación 3 y 4 de Hidroituango justamente a Schrader Camargo, después de que los constructores originales (el Consorcio CCC Ituango) salieran abruptamente del proyecto en medio de costantes descalificaciones por parte del alcalde de Medellín, Daniel Quintero.

A menos de cuatro meses del cambio de gobierno, todo parece indicar que a pesar de las múltiples alertas que vienen desde el año pasado serán las firmas más cuestionadas las que asumirán las obras finales de la hidroeléctrica. Esto no solo representa la inversión más importante en la historia de EPM, sino la culminación de un proyecto que pedalea con riesgos desde 2018 y que a esta altura necesita todo menos manos inexpertas.

Falta el 8% de la obra: riesgo se reduce solo con su pronta terminación

Pese a que el proyecto alcanzó el 92,03% de ejecución con cierre al 31 de agosto pasado y que registra estabilidad en sus obras principales, hay varios riesgos que siguen latentes, en particular, el vertedero que ha sido utilizado de forma ininterrumpida desde febrero de 2019, pese a que esa estructura está diseñada solo para ser usada como regulador de altos niveles del embalse. Por eso la postergación de la culminación de la obra, con la incertidumbre de quién retomará la construcción del 8% faltante, amplía el riesgo de la estabilidad de ciertas estructuras. La empresa de consultoría Pöyry ya lo advertía en su informe de hace un año sobre las condiciones de estabilidad de la megaobra: “La rehabilitación y puesta en marcha del proyecto es la única alternativa para gestionar los peligros y riesgos correspondientes en forma controlada”.

El mayor peligro sigue siendo un aumento considerable del nivel del embalse por un gran deslizamiento en el valle del río Cauca aguas arriba de la presa. Mientras el diseño original contaba con el vertedero, conductos para aguas turbinadas, una importante capacidad de descarga y la posibilidad de bajar el nivel del embalse, este no es el panorama actual, por lo menos no hasta la puesta en marcha de las ocho unidades de generación. Eso ocurrirá, según el cronograma actual de EPM, solo hasta el primer semestre de 2027.

Este riesgo se reducirá progresivamente con cada nueva unidad de generación puesta en operación, lo cual permitirá bajar el nivel del embalse, sin solamente depender del vertedero. Por eso Pöyry era enfático en la recomendación de no cambiar a los contratistas de la obra, porque esto significaría importantes retrasos y reduciría la trazabilidad en la recuperación. Si finalmente aterrizan los chinos en la megaobra, ¿seguirá el mismo cronograma de recuperación?

Hidroituango es el seguro del país para evitar apagones por El Niño

Los ojos del sistema energético nacional están puestos en Hidroituango desde 2018, año en el que estaba prevista su entrada en operación. Llegó la emergencia que tuvo al borde del nocaut a la megaobra y el Gobierno Nacional tuvo que realizar en febrero de 2019 una subasta de cargo por confiabilidad para garantizar el suministro de energía por los retrasos que tendría Hidroituango. Desde noviembre pasado hubo un alivio para el sistema con el aporte parcial de las dos primeras unidades. Esta semana EPM informó que las dos turbinas llegaron a los 300 megavatios de potencia cada una. Sin embargo, la llegada del fenómeno de El Niño este año cambia la correlación de fuerzas por el estrés que tendrá el sistema interconectado, por eso, tal como ocurrió hace cinco años, los ojos vuelven a estar puestos en EPM. Andrés Camacho Morales, ministro de Minas y Energía, dijo el miércoles en una visita a las obras que el proyecto es determinante para afrontar los efectos de El Niño y calificó como prioritario “tener operando todas las unidades de esta central en los tiempos establecidos. Desde el Ministerio nos ponemos en función para sacar adelante lo que se requiera para el éxito del proyecto”.

En este momento, la unidad de generación 3 tiene un avance del 93,1% y la unidad 4 alcanza el 84,3 %, ambas deben entrar en servicio antes del 30 de noviembre, so pena de que se active una multa por parte de la Creg.

Sobre el peso que tiene en sus hombros por la premura de que Hidroituango siga sumando megavatios al sistema, EPM respondió que ante la posibilidad de un apagón en Colombia, producido por el fantasma del fenómeno de El Niño y la cantidad de energía suministrada, la solución la tiene Hidroituango con el próximo ingreso de las unidades 3 y 4. Otra responsabilidad adicional para los contratistas que lleguen.

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