El olor a marihuana se siente afuera de las casas y talleres que son alquilados para fiestas clandestinas que hace cinco meses tienen preocupados a los vecinos de al menos cinco sectores de Itagüí que no soportan el ruido excesivo, el desorden en las madrugadas y la cantidad de muchachos que revolotean sin dios y sin ley.
Esa misma noche y ante la presencia de parlantes a todo dar en la cuadra, los vecinos reportaron ante la policía el exceso de bulla que no los dejaba descansar. Los agentes llegaron en compañía de unos 15 soldados que requisaron a los asistentes, entre ellos, algunos menores de edad.
En la mañana siguiente y cuando el toque ya se estaba terminando, un vecino pasó por la cuadra y notó la presencia de sillas, mesas y basura de licor, así como niños en pijama caminando entre borrachos, colillas de cigarrillos de marihuana y bolsas de “perico”.
“Durante la noche se vendieron grandes cantidades de sustancias psicoactivas porque había muchas bolsitas y garrafas quebradas en el suelo, hasta un hombre de unos 33 años quedó con la cabeza abierta por la riña”, contó.
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A pesar de las quejas por estos eventos, en Itagüí dicen que no se le ha prestado la atención suficiente. Nine Londoño, integrante de la Veeduría Ciudadana Amiga de Derechos Humanos, y quien lleva 5 meses documentando estos toques clandestinos, se dirigió a otra fiesta en el sector El Palmar, comuna 2 de Itagüí, y al hablar con algunos asistentes, confirmó la presencia de menores de edad en la fiesta.
“No había luces, todo estaba apagado”, aseguró Nine al entrar a la casa donde la mayoría de adolescentes bailaba en espacios estrechos, lo que da cuenta de la falta de control para el ingreso.
Según está documentado en las denuncias, a los adolescentes se les pide llevar un tarro de Gatorade para camuflar las sustancias psicoactivas o el alcohol con el que lo “envenenan”.
Lo más grave es la presencia de drogas que se estarían vendiendo dentro de los toques por grupos ilegales, los mismos que tendrían intimidados a los vecinos para no elevar las denuncias.
Prueba de esto es el testimonio de una vecina que asegura verse muy afectada por los reportes de varios inquilinos que quieren irse de sus propiedades al no poder descansar por el ruido infernal de estas fiestas en las madrugadas.
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Rafael Otálvaro, secretario de Seguridad de Itagüí, aseguró que desde la alcaldía se hace un llamado a la ciudadanía para cumplir las órdenes de la policía y materializar las normas de convivencia.
Además, señaló que la administración municipal trabaja para evitar que estos desmanes de consumo de alcohol y eventos en vía pública sin autorizaciones ni regulaciones pertinentes vuelvan a realizarse en los barrios.
Sin embargo, los líderes del sector afirman que no se ha visto la atención de la alcaldía frente a las denuncias, porque estas fiestas llevan por lo menos cinco meses realizándose continuamente en zonas como Samaria, las veredas El Ajizal, Los Gómez, El Pedregal, además del sector El Guayabo y Balcones de Sevilla. La locación cambia estratégicamente para que las autoridades solo lleguen cuando el toque está ya apagando los ruidosos bafles.
Tenga en cuenta que ante la presencia de menores de edad en condiciones de vulnerabilidad, usted puede contactarse con la línea encargada de Infancia y Adolescencia: 317 7782318, con atención las 24 horas, o redirigir la denuncia desde la línea de emergencia 123.
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