El turismo sexual en Medellín se practica a cielo abierto en parques y sitios de rumba y además se promociona sin tapujos a través de redes, tal como quedó en evidencia esta semana.
Las autoridades decidieron ponerle la lupa a lo que dos extranjeros que se hacen llamar Casey Red Bear y Patrick Read, consideran un inocente negocio para contactar mujeres con turistas foráneos en glamurosas fiestas en Medellín y ‘entrenarlos’ para conquistarlas hasta tener su propio harén en la ciudad.
El coronel José Rafael Miranda, comandante encargado de la Policía Metropolitana, señaló que ya andan tras la pista de este caso “de la mano de la Fiscalía General con el fin de esclarecer este tipo de actividades que se están desarrollando en la ciudad y que lógicamente están poniendo en tela de juicio, no solamente la actuación nuestra, sino la misma dinámica de la ciudad”.
Varias personas en Twitter fueron las que denunciaron el hecho, compartiendo pantallazos que evidencian cómo, a través de pauta publicitaria, historias y chats privados en Instagram, estos sujetos hacían llegar las invitaciones a las mujeres para participar en presuntos paquetes de turismo sexual.
Además de estas invitaciones e insinuaciones por redes sociales, existía una página web –que ya no abre, luego de que se hicieran virales las denuncias– en la que ofertaban estos servicios, dirigidos particularmente a ciudadanos extranjeros que llegaban a la capital antioqueña buscando diversión sexual.
Estos sujetos ofrecen un “Programa de Inmersión en Medellín” con una diversa gama de precios que llegan hasta los 5.000 dólares. Por ejemplo, por 250 dólares tienen derecho a una cena privada con 15 o 20 mujeres; por 300 dólares a una fiesta para entre 50 y 100 personas, y entre 300 y 600 dólares por excursiones a otras zonas del país, como Cartagena.
A las mujeres que asistan, dicen asegurarle comida y transporte hasta el lugar. “Mis clientes son millonarios que me pagan muy bien, para lanzar fiestas donde solo haya chicas educadas (...) ellos no quieren conocer las chicas que están en el Lleras a las 2 am”, argumenta uno de los organizadores.
La página ya inexistente ofrecía una asesoría por 250 dólares la hora, en la que ambos sujetos les prometían a los turistas llevarlos “bajo su ala” durante una semana para enseñarles “todo lo que necesitan saber para construir una increíble vida amorosa en Medellín”.
En el historial de dicho portal estos hombres se presentaban como un “grupo de expatriados estadounidenses, canadienses y británicos que viven en Medellín”, que pretenden ofrecer fiestas y “eventos sociales increíbles”.
Las mujeres que “reclutan” para brindar sus servicios en estos paquetes de turismo que muchos consideran sexual, son presentadas por el portal como “jóvenes y atractivas, no son prostitutas, ni webcams u Only Fans, no tienen cabello pintado de colores como azul o rosado, sin tatuajes, piercings, no consumen drogas, y la mayoría son universitarias y chicas que tienen un trabajo normal”.
Otros servicios adicionales contemplan entrenamiento para asediar a las mujeres de la ciudad con mayor facilidad, a través de la supuesta optimización del uso de la red social Instagram para atraer mujeres, “aumento de la mensajería por parte de ellas”, aclarándoles que son “muy diferentes a las estadounidenses”.
Incluso, dice que enseñan cómo conseguir una visa por un largo tiempo o “cómo construir un harem de mujeres, que sepan y acepten el hecho de que tienes otras mujeres”.