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La fachada de la Alcaldía de Anorí y su casa de Justicia, así como decenas de establecimientos comerciales, amanecieron este miércoles 15 de febrero rayadas con decenas de siglas alusivas al ELN que habrían sido pintadas por integrantes del frente Héroes y Mártires de Anorí, en un hecho que las autoridades señalaron como imtimidatorio contra la población del municipio.
“Anorí amaneció con este tipo de alusiones que generan incertidumbre y desconfianza por parte de la comunidad respecto a la posición de los grupos armados de nuestro municipio, y en contravía de lo que tendría que ser una manifestación de paz”, sostuvo el alcalde Juan Camilo Piedrahíta.
Tras el hecho, integrantes del Ejército y la Policía dedicaron la jornada a borrar los graffitis y pintar nuevamente las fachadas. Sin embargo, entre la gente quedó la zozobra sobre cuál es la intención de esta guerrilla con dichos mensajes: amenazar a la población civil o marcar territorio frente a los demás grupos armados que delinquen en dicho territorio del nordeste.
Precisamente, el pasado 23 de enero, integrantes del partido Comunes denunciaron el regreso de los retenes paramilitares que den los peores años del conflicto armado dejaron decenas de muertos y desplazamientos y que ahora, según la denuncia, estarían a cargo de integrantes del Clan del Golfo y a muy pocos kilómetros de donde el Ejército hace presencia.
Así lo denunció el senador del partido Comunes, Ómar de Jesús Restrepo Correa, en una carta que le envió al presidente Gustavo Petro y al gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, en la que califica como “inaceptable” que grupos armados ilegales “que han manifestado voluntad de dar pasos ciertos hacia el cese definitivo de hostilidades, sigan ejerciendo violencia sobre comunidades civiles en nuestro país”.
Una semana antes de esta denuncia, las disidencias del frente 36 habían señalado mediante comunicado que militares del Ejército se estaban asentando en viviendas de campesinos en las veredas El Banco, Cruces, La Aguada y Puerto Rico, lo que pondría en grave riesgo a la población ante enfrentamientos armados.
La suma de todos estos hechos configura una clara situación crítica para la población civil que, tal como en los años más crudos del conflicto, estarían quedando en la mitad de los diversos grupos armados y la fuerza pública.