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Desaparición en la comuna 13 será investigada por la Corte Interamericana

Sucedió un mes después de la Operación Orión, en 2002. El caso marca precedente.

  • Luz Enith ha mantenido casi dos décadas de resistencia con otros familiares de víctimas de desaparición forzada de la comuna 13, para que encuentren a sus seres queridos. FOTO donaldo zuluaga
    Luz Enith ha mantenido casi dos décadas de resistencia con otros familiares de víctimas de desaparición forzada de la comuna 13, para que encuentren a sus seres queridos. FOTO donaldo zuluaga
  • Arles Edisson Guzmán Medina fue desaparecido en noviembre de 2002. FOTO Cortesía GIDH
    Arles Edisson Guzmán Medina fue desaparecido en noviembre de 2002. FOTO Cortesía GIDH
22 de septiembre de 2021
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Era un sábado, el día de más ventas en el negocio familiar de asados, cuando, a las 6:00 p.m., tres hombres se bajaron de un taxi e interrogaron a Luz Enith Franco Noreña sobre información acerca de su “patrón”, pero ella les dijo que él no era su jefe sino su esposo. Se llamaba Arles Edisson Guzmán Medina.

La pareja llevaba dos años de matrimonio y había alquilado el local para montar su emprendimiento, con la ilusión de ahorrar y comprar una vivienda propia. Ante la llegada de los desconocidos, pensaron que los iban a atracar, por lo cual Arles cogió la mitad de las ganancias y la llevó a la casa para ponerla a salvo.

Casi dos horas después, otro taxi apareció y nuevos hombres preguntaron por Guzmán, esa vez con nombre propio, y le manifestaron que debía ir a entrevistarse con un comandante paramilitar. Pese a la insistencia de la esposa por acompañarlos, no lo permitieron. “Él vuelve en una hora”, dijeron ese 30 de noviembre de 2002, lo cogieron del cuello y lo obligaron a subir al vehículo. Esa fue la última cosa que Luz Enith vio antes de desmayarse.

Una nueva esperanza

Desde entonces han pasado casi dos décadas de lucha y resistencia que ella no parará hasta saber por qué se llevaron a su esposo y qué hicieron con él. Y, por eso, ayer recibió con gran alegría la noticia que considera una luz en medio de tantos años de oscuridad: el caso de Arles fue presentado, el pasado 5 de septiembre, por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ante la Corte Interamericana de DD. HH. (Corte IDH).

En consideración de la CIDH, este hecho de desaparición forzada, que se presentó casi un mes después de la Operación Orión y en una época de control paramilitar en la zona, no contó con una respuesta real del Estado colombiano: no se emprendió una investigación oportuna, no se activó un plan de búsqueda y, 19 años después, “las diligencias promovidas para juzgar a los responsables y determinar el paradero de la víctima son escasas”.

Durante esos 19 años, Luz Enith y otros familiares han buscado verdad, justicia y, lo más importante, que encuentren, identifiquen y entreguen el cuerpo para darle sepultura digna. Los días posteriores a la desaparición, la mujer llegó hasta el corregimiento San Cristóbal, donde le dijeron que podía encontrar rastros de su amor. Pero solo halló la hostilidad de un hombre que le dio cinco minutos para dejar el sitio y le insinuó que su esposo no volvería a casa con vida.

Arles Edisson Guzmán Medina<i> </i>fue desaparecido en noviembre de 2002. FOTO Cortesía GIDH
Arles Edisson Guzmán Medina fue desaparecido en noviembre de 2002. FOTO Cortesía GIDH

Con un sentimiento de impotencia y abandono, Luz Enith buscó apoyo en el Grupo Interdisciplinario por los Derechos Humanos (GIDH), bajo el liderazgo de la abogada María Victoria Fallon, quien hizo posible que el caso llegara a instancias internacionales en un largo proceso.

La apoderada cuenta que en enero de 2003 un paramilitar le entregó a la familia un croquis sobre el lugar donde habrían enterrado a Arles. Sin embargo, este no fue tenido en cuenta por las autoridades para emprender búsquedas.

¿Por qué llegó a la Corte?

Así, en 2004, Fallon llevó el caso ante la CIDH, que declaró responsable del hecho al Estado colombiano. Y el croquis siguió sin ser tenido en cuenta por las autoridades, aun cuando en 2015, con la idea de explorar y excavar, se delimitaron tres polígonos en La Escombrera (comuna 13), donde se presume que hay cuerpos de víctimas de desaparición, entre ellas el de Arles.

En 2019, la CIDH le dio al Estado un plazo de tres meses para cumplir recomendaciones como investigar, enjuiciar y sancionar a los responsables, y buscar, identificar y entregar el cuerpo a sus familiares. Según explica Fallon, de prórroga en prórroga pasaron dos años y no hubo cumplimientos, pese a que dos paramilitares, entre ellos Diego Fernando Murillo, alias don Berna, aceptaron responsabilidad por línea de mando en varias desapariciones de la comuna 13, si bien, no hicieron contribuciones a la verdad. Ante estos incumplimientos, la CIDH decidió pasar el caso a la Corte.

Hoy, la expectativa de la familia gira alrededor de la posibilidad de que la Corte declare responsable al Estado colombiano, con lo cual habría otras exigencias que podrían derivar en un plan juicioso para la búsqueda de Arles. El deseo de Luz Enith es que el croquis que entregó hace tantos años con el supuesto lugar donde inhumaron a su exesposo sea tenido en cuenta.

“Si la Corte ordena la búsqueda también se beneficiarían otras familias que creen que tienen seres queridos desaparecidos en La Escombrera”, anota Fallon, quien agrega que no conoce otro caso de desaparición forzada en Antioquia con informe de admisibilidad de la Corte IDH, lo que habla del precedente que marca este hecho.

Mientras tanto, Luz Enith mantiene una lucha que no cesará y así la han vivido sus dos hijos que, aunque no comparten la sangre de Arles, han crecido viendo la convicción de su madre por lograr justicia.

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