365 días después del accidente aéreo que enlutó el mundo del fútbol, el municipio de La Unión, en el Oriente antioqueño -donde cayó el avión de Lamia el 28 de noviembre de 2016-, rindió homenaje a las víctimas de la tragedia.
En el parque principal del municipio, los militares llevaron una ofrenda floral y entonaron con sus trompetas el toque de silencio, mientras miles de pétalos de rosa caían de dos helicópteros Black Hawk de la Fuerza Aérea.
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También destaparon una placa conmemorativa con los nombres de las víctimas y los sobrevivientes, que lleva este mensaje:
“El 28 de noviembre de 2016, el vuelo internacional LMI2933 que transportaba a la delegación de fútbol brasilera Chapecoense, periodistas y tripulantes; se estrelló a las 10:15 de la noche en el Cerro Gordo del municipio de La Unión, Antioquia. En el lugar fallecieron 71 pasajeros y solo sobrevivieron seis personas en esta tragedia aérea que enlutó al fútbol mundial.
“El Verde de Chapecó venía de cumplir la hazaña de dejar en el camino a rivales de más trayectora y la gloria estaba cerca con el partido de ida de la final de la 15ª edición de la Conmebol Suramericana ante Atlético Nacional. Los verdolagas y el equipo brasilero se enfrentarían por primera vez por el título Suramericano el miércoles 30 de noviembre en el estadio Atanasio Girardot. La tragedia apagó ese sueño y como muestra de solidaridad y hermandad, Atlético Nacional solicitó a la Conmebol ceder la copa a Chaé, campeones eternos”.
La cápsula del tiempo
Un cilindro de acero guardará por 40 años los mensajes de los jugadores del Atlético Nacional a las víctimas de la tragedia y una camiseta del equipo paisa. La cápsula del tiempo fue presentada en el municipio de La Unión y viajará a la ciudad de Chapecó, en el sur de Brasil, pero antes pasará por el estadio Atanasio Girardot, donde también recogerá los mensajes de los hinchas verdolagas.
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La idea es que en cuatro décadas, los jugadores del Chapecoense abran la cápsula en su país natal y recuerden a las víctimas, pero también la hermandad que nació entre la ciudad colombiana y la brasilera a raíz de la tragedia.
Afuera, el cilindro tiene los escudos de ambos equipos de fútbol.