La primera ascensión a la piedra de El Peñol, de la que se tenga conocimiento, fue en 1954. Quien lo hizo duró cinco días en su intento, con la ayuda de una escalera de 13 metros que le sirvió para iniciar la aventura. O mejor dicho, para cumplir la azarosa hazaña de trepar los 220 metros de altura del inmenso monolito.
Hoy, subir la piedra no es nada del otro mundo. Algunos lo hacen en media hora o menos gracias a las 740 escalinatas -de madera o cemento- empotradas en ella.
El cuento de Luis Villegas, un intrépido campesino de la región y sus amigos de ese entonces, Ramón Díaz y Pedro Nel Ramírez, quienes se le midieron a subirla, terminó con izada de una camisa en el punto más alto, como los primeros en lograrlo. Lo hicieron más por las ganas de descubrir lo que podría esconderse en cada rincón de la piedra que por deporte.
61 años después la historia es al revés: ¿cómo bajar la piedra en el menor tiempo posible?... Pues pareciera sencillo: tirándose en parapente en un salto que, a duras penas, cada deportista demoraría un minuto en caer a tierra.
Los lugareños de ese entonces se sorprenderían de las peripecias que harán, este fin de semana, diez especialistas en deportes extremos para bajar la roca, tirándose desde el punto más alto en una demostración de sangre fría y precisión en los cálculos.
“Se trata de una válida mundial de salto B.A.S.E. desde un punto fijo. Intentaremos realizar saltos desde la piedra y coronar al que lo haga mejor según los parámetros internacionales de caída libre, apertura del paracaídas y aterrizaje”, cuenta Felipe Acosta Gómez, colombiano que no solo se le mide a la aventura sino a la organización del evento.
El peñón de Guatapé o piedra de El Peñol es un monolito de 220 metros de altura localizado en Guatapé cuyo perímetro es de 770 ml (metros lineales) y una altura de 2.137 metros sobre el nivel del mar. Justamente Acosta había intentado, tres años atrás y en forma exitosa, un salto similar desde la roca, siendo el primero en hacerlo en paracaídas.
“Es un sitio maravilloso y el evento es propicio para que la gente vea un buen espectáculo. Nosotros estamos acostumbrados a estos saltos, pero este seguro resultará fantástico”, relata Ana Costa, portuguesa y única mujer en el programa.
En esta ocasión, dice Acosta, a ellos se les unirán, en la tarea de subir cargando los paracaídas y descender en ellos, pero volando, los pilotos Vladimir Spigler (Italia); Cameron Tracey (Australia); Gustavo Areias, Ruy Fernández y Guto Floripa (Brasil); Jamie Flynn (Inglaterra); Eder Navacerrada (España) y Cengiz Kocak (Turquía).
El cuento ahora es bajando la roca, pero volando.