Para una familia que recién tiene a su bebé no es sencillo identificar las razones por las que llora. El llanto es de las pocas maneras que tienen los bebés para comunicar a sus cuidadores que algo no está bien o que necesitan ayuda.
Entre las razones por las que llora un bebé recién nacido se encuentran los cólicos del lactante, porque al igual que los adultos, el 40 % de los bebés en el mundo padecen de estos dolores. Estos cólicos se manifiestan con irritabilidad y episodios de llanto incontrolable en bebés sanos, especialmente en las tardes y que comienzan después de la tercera semana de vida.
“Es un cambio difícil porque tienes un bebé tranquilo que come y duerme y de pronto tiene dificultades para dormir porque llora de manera descontrolada. Es una revolución en la casa, porque los síntomas son supremamente incómodos para el bebé. Hay distensión, gases y todo esto se manifiesta en el llanto y en algunos movimientos como que encoge y estira sus piernas en repetidas ocasiones”, explicó Dayanna Carolina Galvis, médica pediatra y especialista en nutrición materno infantil y consejera en lactancia materna para Twistshake.
Ante esta situación, los padres del bebé acuden al médico. Sin embargo, el cólico de lactante no es uno de los primeros diagnósticos a tener en cuenta. “Pueden someterlos a exámenes o tratamientos un poco invasivos, que quizás no resolverán la causa del llanto”, explicó.
Estos cólicos son más frecuentes en bebés prematuros alimentados con fórmula infantil, ya que si el bebé es alimentado con leche materna tendrá menos riesgos de padecerlos.
“La leche materna es un alimento inteligente que tiene la proporción perfecta de macro y micronutrientes y células inmunológicas para el bebé. Se ajusta a las necesidades de cada niño. No es igual si el bebé está enfermo o si está en tierra caliente o fría, por lo que es mucho más fácil de digerir”, expresó la especialista.
Por otro lado, la leche de fórmula es una herramienta que surgió por la necesidad que tenían algunas mamás que no podían alimentar a sus bebés. La mayoría de estas leches son de vaca, soya o arroz y al tener una producción industrial, puede que sus ingredientes no sean tan fáciles de digerir como la leche materna.
Prevenir el cólico del lactante
Los buenos hábitos de los padres son esenciales. Un estudio publicado en la revista Acta Paediatrica en 2021 exploró la relación del cólico del lactante y la exposición materna al humo del tabaco durante el embarazo.
Y de hecho, la pediatra Dayanna Galvis recuerda la importancia de la prevención desde el embarazo, cuidando la salud materna con una alimentación balanceada y libre de azúcares y alimentos procesados.
Esto contribuye a una mejor salud intestinal y microbiota que se transmite al bebé. Después del nacimiento, se recomienda la lactancia materna y la asesoría temprana para lograr un agarre adecuado.
También, existen productos funcionales como los biberones con tecnología anticólico, que aseguran un flujo suave y constante, evitando la ingestión de aire por el bebé.
Estos teteros se crearon porque a veces succionan de manera incorrecta la leche y esto no solo hace que la alimentación sea más lenta y menos placentera, sino que puede provocar cólico y reflujo.
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Los biberones tienen una tetina en espiral para que el flujo de líquido sea suave y constante, evitando que el exceso de aire llegue al estómago.
Otra alternativa para prevenir los cólicos son los masajes abdominales en sentido de las manecillas del reloj y la flexión de las piernas del bebé sobre el abdomen para ayudar en la expulsión de gases del tracto digestivo.
Tratamiento del cólico del lactante
Para bebés que ya padecen el cólico, la pediatra Galvis sugiere medidas preventivas como masajes abdominales frecuentes, una buena expulsión de gases y el uso de probióticos.
Un estudio publicado en la revista Pediatrics, investigó el uso de probióticos en el tratamiento del cólico del lactante. Los resultados sugirieron que ciertas cepas de probióticos podrían ser beneficiosas en la reducción de los síntomas del cólico.
El apego con ambos padres es fundamental, y en algunos casos, se monitorea la ingesta materna para detectar posibles alergias alimentarias.
El ambiente emocional de la madre debe ser vigilado, y se deben prestar atención a las señales tempranas de depresión posparto.
Técnicas como el contacto piel a piel y el uso de elementos de porteo, como fulares o cargadores ergonómicos, pueden ser beneficiosas.El uso de probióticos específicos formulados por el pediatra también puede ser eficaz.
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En episodios agudos de cólico, recrear un ambiente similar al vientre materno, con poca luz, ruido blanco y movimientos de balanceo o arrullo, puede ayudar a aliviar el malestar.
“El ruido blanco les gusta mucho a los bebés y la vibración. Por ejemplo, pueden sentarse en una pelota de pilates con él para salvarlo de un episodio de cólico o aunque suene gracioso, funciona darles una vuelta en el carro”, explicó la pediatra.
Los cólicos pueden ser frecuentes en esta etapa de la vida. Sin embargo, estos suelen durar máximo hasta los 4 meses de vida. Si el bebé después de esto continúa llorando por algún dolor, se deben evaluar otros posibles diagnósticos.