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¿Ómicron es tan peligrosa como la pintan?

Sus mutaciones alertan a la comunidad científica, pero faltan datos. Se sigue a la espera de cómo se comporta.

  • Ante la identificación de la variante ómicron, países como Reino Unido e Italia han cerrado sus fronteras con Sudáfrica. FOTO EFE.
    Ante la identificación de la variante ómicron, países como Reino Unido e Italia han cerrado sus fronteras con Sudáfrica. FOTO EFE.
30 de noviembre de 2021
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¿Puede ser más contagiosa? ¿Causar una enfermedad más grave? ¿Evadir la inmunidad de las vacunas? No tan rápido, aún no hay suficiente información para responder.

Sin embargo, suena inquietante: Ómicron tiene alrededor de 50 mutaciones (cambios) si se la compara con el virus original que inició la pandemia el año pasado, 32 de ellas las tiene en la proteína de la espícula, una de las partes más importantes del virus por su papel en la infección de las células y la respuesta inmune.

La B.1.1.529, como es su nombre científico, fue reportada por la Red para la Vigilancia Genómica en Sudáfrica ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 25 de noviembre. Llamó la atención, entre otras cosas, por su frecuencia: de las pruebas que se secuencian en ese país, está en más del 70 % de ellas.

Tan solo dos días después de ser reportada fue clasificada como variante de preocupación al lado de otras como beta, alpha, gamma y delta, esta última es la que actualmente predomina en los contagios a nivel mundial.

Junto al anuncio de la OMS con respecto a que ómicron puede representar “un riesgo muy alto”, países como Brasil, Italia y Estados Unidos reforzaron sus controles fronterizos con el país africano impidiendo, por ejemplo, los vuelos provenientes de allí. Además, Reino Unido convocó para este lunes 29 de noviembre a los ministros de Sanidad del Grupo de los Siete (G7: Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón) para conversar en torno al contexto actual. Posterior a la reunión, estos países reiteraron la importancia de impulsar la vacunación y la necesidad de apoyar en esta tarea a los países más pobres.

Frente a la coyuntura, Colombia decidió no cerrar fronteras sino enfocarse en fortalecer las medidas de vigilancia genómica, el rastreo de contactos y la identificación de casos sospechosos en viajeros. Esto es así porque, explica en un comunicado oficial Julián Fernández, director de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud, “los lugares en los que se detectan las variantes no son necesariamente los (únicos) lugares en los que esta circula”. Además afirma que cerrar fronteras sería discriminar y castigar a aquellos países (como Sudáfrica) que tienen capacidad de vigilancia genómica y que reportan sus hallazgos de manera disciplinada ante la OMS.

Todo ha pasado demasiado rápido. A la fecha al menos 15 países, entre los que se encuentran Canadá, Reino Unido y Dinamarca, han detectado la circulación de ómicron. Los científicos y autoridades del mundo están alertas. ¿Usted también debería estarlo?

Un cambio de corona

¿Es por sus 50 mutaciones? Los números pueden ser sorprendentes, sin embargo, pese a que 50 cambios parecen “muchos”, esto no es lo más importante de ómicron, explica Julián Ruiz Sáenz, virólogo de la Universidad Cooperativa de Colombia.

No existe una cantidad “normal” de mutaciones en un virus, “estos cambian de forma rutinaria en la medida en que interactúan con nuevos hospederos, es decir, mientras ‘saltan’ de persona a persona”.

De hecho pueden haber variantes (entre los miles de linajes identificados en el mundo) que tengan igual o mayor número de cambios que ómicron. Lo que llama la atención es que en esta hay 32 mutaciones en la proteína de espícula, aquella que sobresale como una corona y es clave en la infección de las células y la respuesta inmunitaria, incluso es esta proteína una de las principales “recetas” de las vacunas actuales.

En el genoma del virus pueden haber mutaciones en cualquier parte, no obstante, aunque el virus “mute mucho, no siempre cambia mucho”, señala María Fernanda Gutiérrez, viróloga de la Pontificia Universidad Javeriana. Esto quiere decir que no todos los cambios son importantes frente a la situación epidemiológica.

Con ómicron, continúa, hay un cambio en una región especial llamada RBD, que es el punto de unión con la célula (las suyas, las que el virus llega a infectar). “Que haya mutaciones ahí, en ese sitio especial, puede llegar a modificar el comportamiento del virus sobre todo en cuanto a la unión del virus con la célula”.

La familia y su pasado

Usted es un poco de lo que han sido sus ancestros. Saber eso puede ayudarle a comprender algunas actitudes o predisposiciones. Su árbol genealógico habla un poco, y también lo hace el de las variantes del SARS-CoV-2.

Las lecturas de la filogenia del virus (el árbol genealógico) son variadas. Por un lado, señala Ruiz, está que evolutivamente no proviene de ninguna de las variantes de preocupación previas, es decir, no evolucionó a partir de delta, beta o gamma, por ejemplo. “Proviene de virus (no necesariamente de preocupación o interés) que circulan en África desde hace más de un año. No la habíamos visto antes quizá porque evolucionó en una zona donde no se ha realizado vigilancia genómica constante”.

Esa característica siendo mínima en tanto hay otras variantes que evolutivamente se “apartan” más de las de interés y preocupación, pero no tienen mutaciones significativas.

En un sentido similar, añade Jose A. Usme-Ciro, virólogo y docente titular de la Universidad Cooperativa de Colombia, ómicron tiene una acumulación de cambios que la diferencian por mucho de las demás variantes. “Cuando se hacen las reconstrucciones filogenéticas se logra relacionarla con ancestros, con otros linajes del virus. La variante alpha tal vez sería la más cercana sin que eso implique que sea derivada de ella, es totalmente independiente”.

Así pues, es como decir: sus ancestros derivaron en algún momento en alpha y esas variantes que han seguido circulando (no necesariamente de preocupación o interés) han derivado en ómicron.

Finalmente, en cuanto a su comportamiento en las comunidades, entre los humanos, Gutiérrez comenta que podría ser similar a delta (con una alta trasmisibilidad sin que eso afecte las medidas actuales de protección), “sin embargo, son asuntos que siguen en estudio, aún es pronto para garantizarlos”.

La importancia de vigilar

Por ahora los científicos y autoridades del mundo están a la expectativa. ¿Qué sigue? Evitar riesgos y continuar vigilando. El virólogo Ruiz cuenta que ya se iniciaron estudios en laboratorio, en modelos animales y de vigilancia en poblaciones humanas donde ya se confirmó su circulación. “Ahora es momento de fortalecer la vigilancia genómica, tanto en pacientes vacunados como no vacunados. Tal como ocurrió con delta, se irá viendo si, entre otras cosas, llega a reemplazar a las variantes previamente circulantes”.

A la capacidad de vigilancia se suma otro asunto particular: ómicron, anota el docente Usme, es una variante que puede ser identificada a través de otros métodos moleculares, no solo de secuenciación. “Se puede identificar por la pérdida de amplificación en una región del genoma. Esto con una prueba en particular se puede traducir indirectamente en la presencia de la variante”.

Así pues, a diferencia de las demás, ómicron puede reconocerse a través de métodos más rápidos que permiten el análisis de un mayor número de muestras, algo que en parte ha facilitado que se caracterice rápidamente el crecimiento de casos asociados a ella.

¿Preocuparse o prepararse?

Los tres expertos consultados enfatizan en que el hecho de que la OMS la haya calificado como una variante de preocupación, no es motivo para que usted se alerte de forma particular. “No se hace esto para ‘preocupar’ sino para dedicarse a estudiarla rápidamente y entender qué representan sus cambios”, dice el virólogo Ruiz. Así mismo, comenta la docente Gutiérrez, “no es que nos tengamos que preocupar todos, los científicos deben mirarla con mayor cuidado”.

Pero, ¡un momento!, tampoco es que usted como ciudadano se libre de toda responsabilidad social. Usme recuerda que las bajas tasas de vacunación y el abandono de las medidas de bioseguridad hacen que el virus avance sin ningún tipo de control, “lo que implica que pueda seguir explorando posibilidades de mutación, y entre más oportunidades tenga de replicarse, más oportunidades va a tener de explorar nuevas combinaciones de mutaciones”.

Por su parte, la OMS, a través de su director Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha afirmado que ómicron refleja la amenaza de una injusticia prolongada de las vacunas, pues particularmente Sudáfrica tiene una tasa de cobertura completa inferior al 25 %. “Si la vacuna no está en todas partes, la pandemia no irá a ningún lado”, señala el dirigente.

“Hay que esperar qué nos siguen diciendo los datos y estar muy alerta con la vigilancia genómica para contener cualquier ingreso de la variante al país para evitar consecuencias que aún no conozcamos”, finaliza el virólogo Ruiz.

Se trata en definitiva de continuar con lo que se viene haciendo: vacunarse, mantener las medidas como el distanciamiento físico, la ventilación de espacios y el uso de tapabocas siempre que sea necesario, esto con el fin de no perder lo que se ha ganado hasta ahora en el país.

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