De momento, la única forma para salir de la pandemia, dice el vacunólogo y farmacólogo clínico Andrey Rojas, es vacunando a la mayor cantidad de gente posible en un corto periodo de tiempo. Para lograrlo es necesario utilizar el mayor número de dosis disponibles y dárselas rápidamente a la población.
Exceptuando a la vacuna de Janssen, todas las disponibles actualmente requieren de una segunda dosis de refuerzo, por lo que la demanda global tiene un desafío enorme para mantener la disponibilidad y puede detenerse por múltiples razones, como “problemas de fabricación, adquisición, distribución o autorización”, explica el médico farmacólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, Carlos Andrés Rodríguez.
Ahora bien, aunque se retrasasen las segundas dosis por desabastecimiento, comenta Rojas, “debe seguirse el esquema de dosis propuesto por el fabricante”, es decir que se cumplan los tiempos que estos dan y de no ser posible procurar que esa espera adicional dure el menor tiempo. Algunos fabricantes ya han ampliado la cantidad de tiempo entre dosis, como Pfizer que pasó de 21 a 28 días en marzo de este año, pero nunca se debe asumir que por un tiempo largo entre las dosis se pierde el efecto de la primera, el esquema “no se reinicia”, advierte Rojas.
Cuando los tiempos entre las dosis comienzan a prolongarse, es necesario buscar alternativas más ágiles para completar los cuadros de vacunación. En Reino Unido, desde enero, y Estados Unidos, desde febrero, se han adoptado políticas para que, en caso de no estar disponible la segunda dosis de una vacuna, se inyectará la que sí lo esté. Esto con el fin de evitar congestiones en el sistema y que se pueda lograr rápidamente la llamada inmunidad de rebaño.
Se empieza a investigar
En febrero de este año, la Universidad de Oxford inició pruebas con la combinación de primera dosis con una vacuna del tipo vector viral como la de AstraZeneca y la segunda de ARN mensajero como Pfizer o Moderna, que en las pruebas con animales, que es la etapa previa a las tres fases con humanos, hechas hasta ahora, “genera una respuesta inmune más robusta contra el coronavirus que la obtenida con las dos dosis de la misma vacuna, sin incrementar los efectos adversos serios”, explica Rodríguez.
Por ahora, la revista científica Lancet publicó el 12 de mayo los resultados de la fase 2 de esta investigación, titulados Heterologous prime-boost COVID-19 vaccination: initial reactogenicity data, que se encarga de medir los efectos secundarios. En ellos puede verse, cuenta Agudelo, que “los efectos adversos son más frecuentes, no son severos, son leves”, añade el especialista que pueden tratarse con un acetaminofén y no es algo por lo que las personas deban preocuparse.
Los resultados preliminares del estudio completo, antes de la evaluación de pares, ya están en fase preprint, previa a su publicación en The Lancet, donde puede verse que la respuesta es más efectiva que utilizando únicamente las dosis de un mismo fabricante porque se alcanzan dos tipos diferentes de inmunidad: humoral y celular. La primera bloquea el virus antes de que realice la infección y la segunda destruye las células infectadas, dice el estudio.