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La alimentación es clave en

el tratamiento del cáncer

La OMS señala que la buena nutrición y un buen control del peso pueden prevenir este tipo de enfermedades y aportar en el proceso de recuperación.

  • La alimentación es clave en el tratamiento del cáncer
18 de febrero de 2021
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La comida tiene todo que ver. Lo que comemos determina que el cuerpo posea los nutrientes y energía necesarios para enfrentar el reto que tiene en frente o para convertirse en una carga adicional que interfiera con el objetivo principal: vencer la enfermedad.

Los tratamientos tradicionales contra el cáncer, quimioterapia y radioterapia suelen comprometer el sistema digestivo y es bastante frecuente encontrar enfermos que presentan malnutrición o desnutrición. La quimioterapia suele afectar la aceptación de los alimentos, al exacerbar el olfato y modificar el sentido del gusto, haciendo que se rechacen alimentos que antes le gustaban al paciente o incluso, generar náuseas y vómito.

Por su parte la radioterapia, dependiendo de dónde se aplique, puede “quemar” tejidos del sistema digestivo (desde las mucosas de la boca hasta el colon) haciendo difícil tanto el proceso de ingesta de alimentos y deglución, como de la absorción de nutrientes por diarreas frecuentes y mala absorción.

Aunque se ha avanzado mucho en el tipo de fármacos, dosificación y exactitud en la aplicación tanto de quimioterapia como de radioterapia, lo que disminuye los efectos secundarios, falta todavía un camino por recorrer.

Algunas recomendaciones

Hay varias estrategias para mantener una nutrición adecuada y sortear la inapetencia y las náuseas asociadas a las terapias anticancerígenas.

Según la nutricionista María Raquel Escobar Restrepo, para personas que sufren de náuseas, la recomendación es no ingerir líquidos con las comidas porque favorecen el vómito. Para evitar la sed se sugiere masticar concienzudamente de forma que haya mucha salivación, o llevarse cubitos de hielo a la boca. Lo ideal es que el paciente consuma los alimentos que más le gustan antes de las sesiones de quimioterapia, ya que estas afectarán luego la energía, apetito, olfato y deseo de comer. Igualmente, hay que aprovechar las semanas en que no hay terapia para comer adecuadamente y recuperar el peso perdido.

Es aconsejable, por la sensibilidad olfativa y el desagrado que el enfermo pueda haber desarrollado por la comida, que sea otra persona la que prepare los alimentos, de forma que en el momento de consumirlos su organismo esté dispuesto a recibirlos. Como se afecta el gusto, se debe intentar que los alimentos sean muy sabrosos, buscar desde las técnicas de cocina aumentar el sabor sin tener que recurrir a excesos de sal o azúcar.

Todo organismo es diferente y por lo tanto lo es su relación con la comida. Es prioritario que cada persona descubra los alimentos que más le apetecen y tolera bien para tenerlos siempre a mano. Un ejemplo claro es el de las leguminosas (fríjoles, garbanzos, lentejas), pues algunas personas no pueden consumirlas, pero otras las digieren perfectamente. La única advertencia es suspenderlas en la semana de radioterapia para evitar que los gases que se pueden producir interfieran con el tratamiento.

Frente a la inapetencia y el riesgo de desnutrición es fundamental maximizar la efectividad de la alimentación. Por ello se aconseja comenzar por la proteína (que es un alimento formador) y dejar las harinas de último porque generan saciedad rápidamente. También se sugiere tomar los líquidos entre comidas, pero no antes de ellas, porque llenan y eliminan el deseo de comer.

El nutriólogo Sandro Gómez Maquet explica que los suplementos solo deben utilizarse en caso de desnutrición, ya que son altamente saciantes e interfieren con la ingesta de alimentos naturales que son los que proveen la mejor alimentación. Si se tiene alguna condición de base (hipertensión, colesterol alto, prediabetes o diabetes) es importante buscar ayuda profesional para encontrar un equilibrio entre las necesidades nutricionales, el cuidado de la condición base y la lucha contra la inapetencia. El organismo de cada individuo reacciona diferente tanto a los tratamientos como a los alimentos y un nutriólogo o un nutricionista tienen el conocimiento para ayudar a diseñar la mejor dieta, en cada caso particular.

Una recomendación para quienes están sometidos a radioterapia es tomar mucho líquido, para compensar la deshidratación propia de este tratamiento y consumir frutas y verduras que son alimentos protectores

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