Los animales salvajes, que deberían ser libres, volar alto en los cielos o nadar en mar abierto, recorrer las selvas o las sabanas, muchas veces terminan en cautiverio, encerrados en casas, zoológicos, santuarios o en centros de entretenimiento, como parques o circos.
Aunque hay regulaciones que prohíben su tenencia, el destino de muchos es estar entre rejas y paredes por lo menos de forma temporal.
Es el caso de aquellos animales de zoológicos, santuarios y parques de conservación que son rescatados de las manos del tráfico ilegal y que con programas de reintroducción buscan devolverlos a sus hábitats, o de aquellas crías que nacen ya en cautiverio.
Este viernes 3 de septiembre Nicaragua recibió la noticia del nacimiento de una hembra de tigre de bengala que, con buen estado de salud, llegó al mundo bajo el cuidado de expertos en reproducción en cautiverio del zoológico de dicho país.
Según la publicación de Facebook de la cuenta oficial del zoo, la madre”Dalia” no pudo amamantarla, así que los encargados de dicha labor son los cuidadores porque, al parecer, la rechazó inmediatamente después del nacimiento.
Sus padres “Dalia” y “Sansón”, ambos tigres de bengala rescatados de un circo hace cuatro años, ya habían dado a luz a un tigre blanco en enero pasado que murió a causa, también, del rechazo inicial.
El trabajador del zoológico de Nicaragua, Dennis Rodríguez, dijo a Efe que hay muchos factores por los cuales la madre rechaza a los bebés tigres, entre ellas si la tigresa no tuvo un buen desarrollo o una buena ovulación.
Los cuidados para la supervivencia
La bebé bengala, que no ha abierto sus ojos y emite pequeños sonidos, permanece de momento completamente dormida en una caja de madera, a oscuras, y sólo se despierta para comer cada tres horas, indicó Rodríguez.
La alimentación es a base de una leche sustituta especial para gatos, que le dan de tomar hasta dos onzas cada vez que lo requiere.
Su cuidador explicó que, por ser un parto irregular, se evita la constante manipulación de la cachorra para no provocar estrés o bien dificultades de salud.
“Siempre que nace un neonato lo que menos tratamos es de hacer mucha manipulación. Evitamos lo que es el estrés. Únicamente (lo manipulamos) para la asistencia de alimentación y limpieza”, afirmó.