Un hombre desde hace nueve años convirtió en una tradición personal disfrazarse de Papá Noel y vestir a su taxi de Navidad. Desde hace años causa gran sensación entre los habitantes y turistas de Santa Marta.
Se trata de Rafael Carrillo Ozuna, un conductor originario de Sevilla, Zona Bananera, de 52 años. Este hombre desde hace 20 años se dedica a trabajar en el sector del transporte público.
Pese a que el taxi que maneja no es de su propiedad, cuenta con la autorización de su dueño para convertirlo cada diciembre en un pesebre rodante. Lo decora de una manera tan llamativa que contagia a quienes se suben a este del espíritu de la Navidad.
Carrillo asegura que en la zona del balneario turístico El Rodadero, donde se ubica a diario, es muy solicitado por las familias que desean recorrer la ciudad mientras disfrutan de un recorrido lleno de luces y música decembrina.
Los más impresionados y sorprendidos con el taxi navideño son los turistas que por estos días se encuentran en Santa Marta, convirtiéndose en un atractivo turístico, pues desde lejos se puede ver que el taxi está cubierto de luces y en el techo lleva un parlante que reproduce villancicos.
Rafael narra que las personas que visitan la ciudad desde otros lugares en Colombia y del mundo acuden a él emocionados no solo por la manera como ha decorado el carro, sino también por su disfraz, la alegría y la cordialidad que lo caracterizan.
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“Es bonito porque tanto adultos como niños quieren subirse al taxi para transportarse a su lugar de destino. Yo personalmente más que un servicio, me esfuerzo por regalarles una experiencia especial en esta época del año”, expresa el conductor magdalenense.
Durante el trayecto, las parejas, padres y sus hijos hacen vídeos y se toman fotografías dentro del carro y fuera del carro. También con el Papá Noel taxista, quien siempre tiene una sonrisa en su rostro.
En el interior del auto hay adornos, peluches, bolas y otro tipo de elementos propios de la época decembrina, adicionalmente un pesebre con animales y los personajes bíblicos que le dan vida a la Navidad.
Aunque reconoce que su idea de disfrazarse y así el vehículo, le ayuda a aumentar sus ingresos diarios, no es su única motivación, desea compartir la experiencia de la fiesta decembrina con sus clientes.
“No lo hago pensando en dinero, sino en ver a mis pasajeros felices y agradados con el servicio. Es muy emocionante cuando me piden fotografías y se marchan satisfechos con mi trabajo”, expresa el taxista.
Además del reconocimiento, algunos de sus usuarios complacidos por el servicio y la experiencia lo han hecho merecedor de algún aguinaldo navideño.
Cuenta que su hija de 15 años lo aplaude por su intención y le hace saber el orgullo que siente de saber que su padre es el Papá Noel o Santa Claus taxista de Santa Marta.